
POR:Maryanne Robertson
Fuente: Spectrum | 22/01/2025
Fotografía: Spectrum
La comunicación clara y eficaz es una de los retos más importantes a los que se enfrentan a las personas autistas. Casi el 30 % de las personas autistas no desarrollaron palabras habladas o desarrollarán solo un pequeño vocabulario de palabras expresivas que no son suficientes para satisfacer sus necesidades de comunicación (Holland, 2023). Para permitir a las personas que se consideran aprendices mínimamente verbales o no verbales tener una modalidad de comunicación diferente del habla, normalmente se introduce un sistema de comunicación o alternativo (sistema CAA).
La CAA (Comunicación Aumentativa y Alternativa) se refiere a un área de práctica clínica que complementa o compensa las deficiencias en la producción y comprensión del habla y el lenguaje. Se enmarca dentro del ámbito más amplio de la tecnología de asistencia, que incluye cualquier equipo, herramienta o estrategia para mejorar la vida diaria en personas con discapacidades o limitaciones (American Speech-Language-Hearing Association, s.f.).
Estos sistemas pueden ser sin asistencia, como el lenguaje de señas o los gestos, que no requieren herramientas externas, o asistidos, utilizando materiales o dispositivos externos.
Los sistemas asistidos abarcan desde tecnología sencilla, como el uso de símbolos, objetos o imágenes impresas, hasta tecnología avanzada, como dispositivos con salida de voz o sistemas controlados mediante interruptores. Se consideran aumentativos cuando complementan el habla existente y alternativos cuando sustituyen el habla ausente o no funcional (Elsahar et al., 2019).
En el caso de las personas autistas no verbales o mínimamente verbales, establecer un sistema de comunicación funcional eficaz debería ser una prioridad para mejorar su calidad de vida. La falta de un sistema adecuado a menudo lleva a conductas problemáticas. Aprender a comunicarse eficazmente puede transformar la vida de estas personas y de sus familias.
Evaluación y selección del sistema CAA
El primer paso fundamental es una evaluación exhaustiva para comprender las capacidades y necesidades de comunicación de la persona. Sin embargo, no existe una evaluación prescriptible que defina el mejor sistema de CAA para cada individuo. Según Ganz (2014):
"Dada la variabilidad tanto en los tipos de intervenciones de CAA como en las habilidades y características de las personas con TEA, es difícil establecer que un sistema en particular será eficaz para todos."
Por ello, se recomienda analizar las necesidades del usuario y compararlas con las capacidades de los sistemas propuestos, utilizando herramientas como el modelo SETT (Estudiantes, Entornos, Tareas y Herramientas). Las pruebas ayudan a identificar el sistema más eficaz, pero la evaluación debe ser continua, ya que las necesidades de comunicación pueden evolucionar. Un sistema que inicialmente parece adecuado puede volverse obsoleto si la persona progresa, mientras que otros pueden estancarse sin progreso real.
Parámetros para evaluar la eficacia del sistema
Es importante observar varios parámetros clave para determinar si el sistema de comunicación es eficaz:
Independencia: La persona debe usar el sistema por sí sola, con poca ayuda. Si necesita frecuentes indicaciones para comunicarse, su independencia es limitada.
Iniciativa: Debe ser capaz de elaborar y transmitir mensajes espontáneamente, sin necesidad de que alguien se lo sugiera.
Precisión: Es fundamental que comprenda los símbolos o señales del sistema y los utilice correctamente en el contexto adecuado.
Inteligibilidad: El mensaje debe ser comprensible para diferentes personas y en diversos entornos, no solo para su círculo cercano.
Especificidad: La persona debe transmitir mensajes con suficiente detalle, como pedir "jugo de manzana" en lugar de simplemente "bebida."
Alcance: El sistema debe permitirle comunicarse en un rango diverso de situaciones, desde solicitudes hasta compartir información personal.
Eficiencia: La construcción y transmisión del mensaje no debe tomar más de 5-6 segundos.
Generalización: La persona debe usar el sistema de forma consistente en distintos entornos y con diferentes interlocutores.
Uso combinado de modalidades
En muchos casos, una combinación de herramientas puede ser el sistema más efectivo. Por ejemplo, una persona podría usar palabras habladas para "sí" y "no", gestos para saludos y un dispositivo de salida de voz para solicitudes específicas. Los equipos deben evaluar continuamente si el sistema actual satisface las necesidades del usuario o si requiere ajustes.
Evolución y adaptaciones del sistema
Las necesidades de comunicación cambian con el tiempo. Muchas personas comienzan con sistemas sencillos mientras desarrollan habilidades fundamentales como la comprensión de símbolos e iniciación social, y avanzan a sistemas más complejos si su desarrollo lo permite. Por otro lado, algunos pueden requerir apoyo temporal adicional en situaciones nuevas o desconocidas.
Cualquiera que sea el sistema utilizado, es crucial realizar evaluaciones continuas para garantizar la máxima eficacia comunicativa.
Artículo original en inglés
un buen tema acerca de la comunicacion muy bien