
POR WILLIAM KILLION
Fuente: Autism Parenting Magazine | 19/06/2021
Fotografía: Pixabay.com
La mayoría de los padres saben que sólo hay un puñado de alimentos que sus hijos comen, y conseguir que prueben nuevos alimentos suele ser un reto.
La selectividad alimentaria tiene una prevalencia mucho mayor en los niños del espectro autista que en los niños neurotípicos.
Un estudio – basado en los informes de los padres – descubrió que los niños del espectro suelen limitarse a tan sólo cinco tipos diferentes de alimentos que pueden comer.2 Además, el estudio reveló que "los informes anecdóticos y las autobiografías de los individuos" del espectro autista citaban factores como el color, el olor y la textura como razones por las que comían algunos alimentos y evitaban otros.
Tradicionalmente, los factores clave que influyen en la selectividad alimentaria son el color, la textura y la preparación/presentación de los alimentos, así como el olor. Los colores brillantes pueden ser abrumadores y causar una sobrecarga sensorial en los niños con autismo, lo que los lleva a no gustar de los alimentos de colores brillantes. Mientras que ciertas texturas de los alimentos no suelen molestar a los individuos neurotípicos, los niños con autismo suelen tener hipersensibilidades que provocan reacciones negativas a ciertas texturas.
El olor también puede ser un reto debido a la sobrecarga sensorial de un olor que puede estar bien para nosotros pero que es desagradable para el niño. Por último, hay que tener en cuenta la preparación y presentación de los alimentos cuando se alimenta a los niños con autismo. La combinación de varios alimentos y sabores -como en un guiso- puede ser un factor disuasorio para los niños quisquillosos con la comida, sobre todo si uno de los ingredientes es un alimento indeseable. Por ejemplo, si a un niño no le gusta la textura o el sabor de los guisantes, combinarlos con un alimento favorito como la pasta podría provocar una reacción negativa a la pasta en lugar de un nuevo interés por los guisantes.
De hecho, los niños con autismo suelen preferir que los alimentos no se mezclen ni se toquen en sus platos.
El objetivo a largo plazo es introducir a un niño quisquilloso en diferentes alimentos con la esperanza de que aprenda a disfrutar comiendo más que un pequeño conjunto de alimentos deseados. Los padres suelen quejarse de que sus hijos sólo comen un tipo de comida.
A menudo, los padres, en su esfuerzo por cuidar a sus hijos y proporcionarles alimento, crean patrones de dejar que sus hijos coman sólo lo que les gusta. El siguiente paso es partir de la base e introducir nuevos alimentos y ayudar a los niños a entender que hay diferentes tipos de comida que también pueden disfrutar.
Un método probado es utilizar un alimento deseado como incentivo para probar algo nuevo. Por ejemplo, si el sándwich de mantequilla de cacahuete y mermelada es el alimento favorito de un niño, permítale probar unos cuantos bocados del sándwich de mantequilla de cacahuete y mermelada, pero pídale también que pruebe unos cuantos bocados de un nuevo alimento entre medias. Este método utiliza el alimento deseado -el PB&J- como forma positiva de reforzar la idea de introducir un nuevo tipo de alimento.
Es muy común que los niños con autismo se centren en uno o dos alimentos diferentes que quieren para cada comida, pero la clave es conseguir que se den cuenta de que está bien tomar varios alimentos diferentes. Los problemas nutricionales son una preocupación en el caso de los melindrosos, por lo que es importante introducir opciones saludables en el repertorio de alimentos del niño.
Los niños quisquillosos con la comida pueden crear otro desafío cuando se trata de comer en un restaurante. Un concepto que funciona bien es ofrecer la distracción de un juguete favorito. Esto puede reducir la sobrecarga cognitiva que puede suponer un restaurante.
En casos extremos, puede ser mejor que los padres lleven la comida o el bocadillo deseado al restaurante, ya que el objetivo principal debe ser la experiencia social. El objetivo principal es minimizar la ansiedad por el entorno.
En el caso de los niños que no tienen una comida "favorita", hay que experimentar con varios alimentos para ver qué les gusta. Ofrézcales pequeñas cantidades de los alimentos que les gustan para ver si el niño también los disfruta. Es importante utilizar todo el mundo de alimentos al que tienen acceso los padres porque lo que puede ser poco apetecible para ellos podría serlo para su hijo simplemente por el sabor, la textura y el color.
De nuevo, la idea es abrir la mente del niño autista a la idea de que existen diferentes tipos de alimentos y que está bien probar cosas nuevas. La introducción de diferentes tipos de alimentos ayudará a los niños a obtener la nutrición que necesitan, así como a ampliar sus opciones de menú, tanto en casa como en un restaurante.
Página web: https://springbrookbehavioral.com/
Referencias
Bandini, Linda G., et al. "Food Selectivity in Children with Autism Spectrum Disorders and Typically Developing Children". The Journal of Pediatrics. Agosto de 2010.
Cermak, Sharon A., et al. "Food selectivity and sensory sensitivity in children with autism spectrum disorders". Centro Nacional de Información Biotecnológica. Marzo de 2013.
Este artículo apareció en el número 89 - Soluciones para hoy y mañana con TEA: https://www.autismparentingmagazine.com/issue-89-solutions-for-today-and-tomorrow-with-asd/
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