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Entrada propioceptiva para niños con autismo




POR AUTISM PARENTING MAGAZINE

Fuente: Autism Parenting Magazine / 17/12/2020

Fotografía: Pixabay



Nuestro cuerpo tiene una capacidad intrínseca para sentir y posicionarse en el espacio, llamada propiocepción. Un conjunto de receptores sensoriales en nuestras articulaciones, músculos y piel conforman el sistema propioceptivo, responsable de construir la conciencia de todo el cuerpo.


Entrada propioceptiva para niños con autismo


Hay pruebas sencillas que se pueden hacer para comprobarlo, como estirar los brazos hacia delante, con los ojos cerrados, e intentar tocarse los dedos índices. La mayoría de las personas pueden hacerlo al primer o segundo intento, lo que significa que sus sistemas propioceptivos funcionan bien.


Sin embargo, hasta el 95% de los niños con trastorno del espectro autista (TEA) experimentan un procesamiento sensorial diferente en al menos uno de los ocho sentidos (más información sobre ellos a continuación), lo que nos lleva al objetivo principal de este artículo: explicar cómo la entrada propioceptiva puede ayudar a los niños con autismo con problemas sensoriales. Además, encontrará una lista de actividades propioceptivas sencillas para realizar con sus hijos - incluyendo levantar objetos pesados, empujar, estirar y aplicar presión profunda (entre otras), todas ellas diseñadas para promover y mejorar las habilidades motoras finas mediante la estimulación del sistema propioceptivo.



El sistema propioceptivo: cómo funciona


Uno de los principales objetivos de este artículo es ayudar a los padres a reconocer si sus hijos buscan o no la información propioceptiva. Pero, primero, es vital entender cómo funciona el sistema propioceptivo para poder separar los problemas de comportamiento de los problemas sensoriales.


Como hemos mencionado antes, nuestra piel, articulaciones y músculos están equipados con receptores que se conectan con el cerebro a través del sistema nervioso, por lo que sabemos con precisión qué tareas realiza nuestro cuerpo, incluso sin vista. En resumen, hay tres receptores sensoriales diferentes, llamados propioceptores:




Se estimulan al estirar nuestros músculos. Estos receptores responden a los cambios de longitud y velocidad, transmitiendo esa información a nuestro cerebro a través de una vía neuronal




Situados en el interior de nuestros tendones, unen los músculos a los huesos y responden a la tensión




Situados en las articulaciones, conectan unos huesos con otros. Perciben el movimiento de las articulaciones y le dicen a nuestro cerebro dónde están nuestros miembros y qué están haciendo.


Todos estamos familiarizados con los cinco sentidos más conocidos: vista, oído, tacto, olfato y gusto. La propiocepción es uno de los tres menos conocidos. Los otros dos son el sistema vestibular (responsable del equilibrio) y la interocepción, el sentido menos conocido, responsable de movimientos autónomos como el parpadeo o la respiración, y también el que nos permite entender lo que ocurre dentro de nuestro cuerpo.


Señales de que su hijo tiene problemas sensoriales: por qué es importante la propiocepción

La mayoría de las veces, los problemas de percepción sensorial se confunden con problemas de comportamiento. Los niños con TEA perciben el mundo de forma muy diferente a muchas personas neurotípicas. A menudo tienen dificultades propioceptivas, lo que les hace actuar de forma desafiante o hiperactiva.


Sin embargo, también ocurre lo contrario. El letargo y la torpeza también son signos a los que hay que prestar atención, posiblemente debido a problemas de procesamiento de la propiocepción. Comprender estos signos le ayudará a apoyar a su hijo en este proceso de mejora sensorial. El paso más importante es estar dispuesto a mantener la mente abierta y no confundir sus luchas con rabietas.


A efectos prácticos, vamos a dividir todas estas señales en tres categorías diferentes: problemas de percepción, modulación y praxis.



Problemas de percepción


También conocidos como problemas de discriminación sensorial, se producen cuando el cerebro es incapaz de interpretar o dar significado a la información sensorial. Algunos ejemplos son:


  • Incapacidad de tocarse la nariz con el dedo índice a la primera.

  • Dificultad para alimentarse por sí mismo, normalmente sin llegar a la boca.

  • Mirar sus propios pies al caminar (por miedo a tropezar)

  • Dificultad para colorear dentro de las líneas

  • Al patear una pelota o tratar de atraparla, suele fallar

  • Cuando se les pregunta dónde está una parte específica del cuerpo, no pueden señalarla a menos que se miren en un espejo

  • Todas estas dificultades tienen algo en común: la incapacidad de asociar una entrada sensorial con su significado o interpretación, es como hacer lo mismo una y otra vez como si fuera la primera vez.



Problemas de modulación


Hay dos subclases dentro de esta categoría: los problemas de exceso de respuesta y los de falta de respuesta. La primera también se conoce como evitación propioceptiva (asociada al letargo). El segundo tipo se denomina también búsqueda de input propioceptivo (vinculado a la hiperactividad).



1. Cuestiones de exceso de respuesta


  • Prefiere estar sentado en todo momento

  • Evita el contacto físico con otras personas

  • Fuerte aversión a los deportes y a las actividades físicas

  • Falta de coordinación

  • Lucha al subir o bajar las escaleras

  • Incapacidad para subir escaleras, escalones, cuerdas y otras estructuras

  • Presión de escritura muy ligera, apenas legible

  • Mala postura corporal

  • Letargo general y falta de energía



2. Problemas de falta de respuesta


  • Siempre en movimiento y apenas puede quedarse quieto

  • Movimientos bruscos, chocando contra las paredes y otras personas, hiriendo a otros accidentalmente

  • Agresividad, incluyendo mordiscos, patadas, golpes, empujones, etc.

  • No pueden caminar con ligereza, sino que dan golpes

  • Preferencia por saltar, balancearse, correr y realizar movimientos activos intensos

  • Altas reservas de energía, como si no pudieran cansarse

  • Actividad oral vigorosa, masticando y mordiendo objetos

  • Problemas de praxis


Por último, los problemas de praxis tienen que ver con movimientos motores desconocidos, algo que sus cuerpos nunca han hecho antes.


  • Cuando aprenden nuevas habilidades, suelen tener problemas de postura y fluidez de movimientos

  • Bajo rendimiento en deportes y actividades atléticas

  • Suelen necesitar mucho más tiempo para captar un nuevo movimiento

  • No recuerdan la postura corporal asociada a una nueva habilidad que han aprendido


Todos estos comportamientos tienden a compensar las dificultades de búsqueda sensorial que experimentan estos niños. Algunos adultos con TEA incluso describen estas sensaciones como si sus cuerpos estuvieran entumecidos y flotando, sin ser conscientes en absoluto de dónde está su cuerpo.


Realizar y promover actividades propioceptivas con tus hijos debería ayudar a estimular la conciencia de todo el cuerpo, mejorar la autorregulación y el equilibrio y, lo que es más importante, aliviar parte del estrés provocado por todos estos desafíos de búsqueda sensorial. En última instancia, estas actividades podrían hacer que se sintieran más a gusto con su entorno, mejorando su inteligencia inter e intrapersonal.



Actividades propioceptivas: aspectos a tener en cuenta en primer lugar


Antes de elegir las actividades que vas a poner en práctica con tus hijos, hay que hacerse algunas preguntas y tener en cuenta algunos factores. Vamos a detallarlos a continuación:



1. El objetivo


Básicamente, ¿la actividad servirá para calmar a un niño demasiado sensible? ¿O estimulará a un niño poco receptivo y que busca los sentidos?



2. El tiempo


Al tratar con niños ansiosos, primero hay que identificar los puntos que desencadenan la ansiedad. Éstos pueden ser el patio de recreo, una asamblea escolar, la hora de la comida y otros. Una vez identificados estos desencadenantes, introduce la actividad antes de que tengan la oportunidad de ponerse ansiosos, ayudándoles a mantener la calma durante estos eventos. Si tiene éxito, incorpórelos a sus horarios o rutinas visuales.


Del mismo modo, en el caso de los niños con poca capacidad de respuesta y que buscan los sentidos, hay que identificar los puntos desencadenantes del letargo cuando se desconectan y se distraen. Normalmente, estos desencadenantes se producen antes o después de sentarse de forma independiente para trabajar en una tarea personal.


Algunos niños pueden reconocer cuando están a punto de estresarse y suelen pedir permiso para no participar en esa actividad o hacer algo más tranquilo en su lugar. Intenta utilizar una ayuda visual para que puedan hacer esta pausa sin necesidad de comunicación verbal.


  • Del mismo modo, algunos estudiantes también pueden reconocer cuando están a punto de perder la concentración y el compromiso y pueden solicitar actividades para volver a participar utilizando ayudas visuales

  • Las actividades previamente conocidas son muy útiles cuando un alumno se angustia repentinamente por la entrada sensorial. Puede utilizar una ayuda visual para dirigir su atención hacia la tarea y alejarla de la angustia. Tenga en cuenta que esto sólo funcionará con actividades previamente practicadas

  • Tanto para los niños que responden en exceso como para los que no, existe una actividad propioceptiva adecuada. En ambos casos, pueden convertirse en líderes de una actividad de grupo.



3. La frecuencia


Identificar los puntos desencadenantes te ayudará a determinar la frecuencia con la que debes poner en práctica una actividad. Cada niño es único, al igual que sus necesidades sensoriales

Céntrate en actividades cortas en lugar de largas. Algunas tareas sólo duran unos 30 segundos, mientras que otras pueden durar varios minutos, pero nada largo

Controla el tiempo que tarda tu hijo en pasar del letargo al reenganche o del estrés a la calma. Este intervalo de tiempo determinará la duración de las actividades



4. El lugar


  • Es esencial conocer el entorno y saber cuál es el lugar correcto donde debe realizarse la actividad

  • Algunas tareas se pueden realizar sin abandonar el asiento, como empujar las manos, hacer flexiones en la silla o apretar objetos

  • Otras se pueden realizar dentro de una habitación, como empujar la pared, hacer saltos de estrella y limpiar superficies

  • Por último, hay actividades al aire libre, como apilar objetos, saltar en un trampolín, escalar estructuras y completar circuitos



5. Puntos finales


  • Los aportes propioceptivos pueden ser tanto calmantes como atractivos

  • Las actividades no tienen que ser necesariamente activas, ya que también pueden ser pasivas.

  • Aunque ambos tipos de actividades son eficaces, los estudios han demostrado que los niños que participan activamente responden mejor que los que trabajan con la información pasiva de los adultos.

  • Es fundamental establecer una rutina fija a lo largo del día, a intervalos regulares y en momentos definidos

  • Las actividades propioceptivas combinan especialmente bien con las responsabilidades docentes. Tareas como llevar libros, guardar juguetes y equipos, y limpiar mesas y sillas son excelentes opciones

  • Antes de utilizar las pesas, hable con un terapeuta ocupacional para asegurarse de que todo es seguro

  • Actividades propioceptivas: ideas y sugerencias

  • Antes de empezar a explorar el amplio conjunto de opciones disponibles, hay algunas pistas finales que nos gustaría explorar.


Si bien es cierto que la mayoría de los niños disfrutan de las actividades propioceptivas, o al menos participan en ellas de buen grado, habrá algunas en particular que no les gusten. No es aconsejable forzar ninguna forma de actividad de búsqueda sensorial en los niños con TEA.


La mayoría de estas actividades no sólo estimulan el sistema propioceptivo, sino también uno de los cinco sentidos primarios. Algunas pueden incluso estimular también el sistema vestibular. Si tu hijo no quiere trabajar ninguno de esos sentidos secundarios, probablemente tampoco disfrutará realizando estas actividades. No hay nada malo en ello. Sólo hay que intentar un enfoque diferente.


Dicho esto, he aquí una lista completa de actividades propioceptivas de amplio alcance para todas las formas de estímulos de entrada sensorial en niños con TEA.



1. Movimientos


Antes de desentumecerse o aletargarse, participe en una pausa de cinco minutos de movimiento de todo el cuerpo con una de estas ideas:


  • Yoga

  • Saltos de rana

  • Caminar con la carretilla

  • Caminar como un cangrejo

  • Salto de gorila

  • Estiramiento

  • Salto mortal

  • Saltando

  • Rodar por una colina o en una colchoneta



1.1. Entrenamiento emocional HIIT de 7 minutos


Para este entrenamiento, necesitarás un temporizador, agua, unas zapatillas, música y una esterilla de yoga para niños (opcional). Todo lo que necesitas es una pequeña habitación dentro de tu casa, empujando los muebles a los lados. Los resultados son mejores si se hace a primera hora de la mañana porque pone al cerebro en disposición de aprender, listo para comprometerse.


Si conoces el método Tabata, entenderás por qué funciona a la perfección. Programa el temporizador para siete rondas de 45 segundos de trabajo, con un intervalo de 15 segundos de descanso. Lo ideal es que hagas estos ejercicios con tu hijo, sé el modelo que quieres que vea. Durante 45 segundos, haz tantas repeticiones como puedas de los siguientes ejercicios. El objetivo aquí es llegar a estar realmente cansado, sudado y con los latidos del corazón acelerados. Acuérdate de poner una canción alegre en repetición, ¡una que le guste a tu hijo!


  • R1 - Saltos de rana: Salta hacia arriba y hacia abajo, como una rana

  • R2 - Paseos del oso: Mirando hacia abajo, con las manos y los pies en el suelo, en todo momento, con las caderas tan altas como puedas. Camina hacia adelante, hacia atrás, hacia la izquierda y hacia la derecha

  • R3 - Gorilla Shuffle: Imitando una posición baja de cuclillas de sumo (como un gorila), utiliza tus manos para equilibrarte alrededor de la habitación, arrastrando los pies en todas las direcciones

  • R4 - Saltos de estrella de mar: También conocidos como jumping jacks

  • R5 - Carreras de guepardo: Imita al animal más rápido de la Tierra, pero corriendo quieto, en un solo lugar (como hacen los jugadores de fútbol)

  • R6 - Caminatas de cangrejo: Como los cangrejos, pon las palmas de las manos en el suelo detrás de ti, levanta las caderas lo más alto posible y arrástrate por la habitación

  • R7 - Pisadas de elefante: Con todo el peso de un elefante, marcha inmóvil en un lugar, pisando el suelo tan fuerte como puedas

  • Una vez que termines con los ejercicios, enfríate lenta y dinámicamente, no te quedes tumbado en el suelo, sino que pasea por la habitación. Cuando tus latidos vuelvan a la normalidad, haz algunos estiramientos y posturas de yoga con tu hijo.


Y lo más importante, ¡diviértete y sé creativo! El tema de los animales es una excelente salida creativa, así que asegúrate de hacer sonidos y gestos de animales, posiblemente incluso de decorar tu salón como una selva para dar sentido a la actividad.



2. Actividades de motricidad oral


No son tan eficaces como los movimientos de todo el cuerpo, pero siguen siendo muy útiles en situaciones en las que hay que permanecer sentado con el niño, como una reunión del colegio, la consulta del médico, las salas de espera, etc. Nuestras mandíbulas están equipadas con propioceptores, y podemos estimularlos mediante:


  • Masticando chicle

  • Comiendo alimentos crujientes, como apio o zanahorias pequeñas

  • Beber un batido muy espeso con una pajita

  • Masticando un masajeador bucal



3. Actividades dinámicas


A diferencia de la primera serie de movimientos, que sólo requerían el uso del cuerpo, estas actividades necesitarán accesorios y objetos para jugar:


  • Lucha de almohadas

  • Salto de cuerda

  • Columpio de barra en el patio de recreo

  • Salto de trampolín

  • Aplastar la pelota. Utiliza una pelota de yoga y aplasta a tu hijo en el suelo con ella. La presión profunda es un excelente estímulo en las actividades propioceptivas.

  • Tirar de la cuerda

  • Natación



4. Deportes


Los niños con TEA no suelen sentirse atraídos por el aspecto colectivo de los deportes, ya que muchos no se sienten cómodos socializando con otros niños o con otros grupos. Sin embargo, esto no significa que no puedas realizar una actividad deportiva con tu hijo.


Puede jugar al balón prisionero, patear balones de fútbol, lanzar balones de fútbol, lanzar frisbees, jugar a la pelota y otras actividades individuales.



5. Actividades pesadas


Estas actividades implican tirar, empujar, levantar pesos para estimular los propioceptores de los músculos y las articulaciones.


  • Paseos en carreta: ideal para los hermanos o para ese precioso tiempo a solas con tu hijo. Haz que se turnen empujando y tirando el uno del otro en una carreta

  • Jardinería: mientras tú cuidas de tu jardín, haz que tu hijo te ayude arrancando las malas hierbas, cavando la tierra, regando las plantas e incluso plantando algunas semillas

  • Tareas domésticas: todos los niños pueden beneficiarse de actividades que también impliquen cierto sentido de la responsabilidad, como ayudar a hacer la compra. Claro que es una tarea, pero el refuerzo positivo que supone ayudar junto con el trabajo pesado son excelentes maneras de estimular la entrada sensorial

  • Med-Ball: estas pelotas son muy versátiles y muy útiles. Pueden rodar, lanzarse, transportarse y aplastarse también. Sólo hay que asegurarse de que el peso es el adecuado para que no les haga daño.




Conclusión


Promover la información propioceptiva en los niños con TEA tiene numerosos beneficios. De todo lo que ya hemos comentado, podría decirse que el más importante es el fomento de la confianza y la conciencia de su cuerpo y su entorno.


Los niños con autismo perciben el mundo de forma diferente a la de algunos de nosotros. Pero, sin embargo, lo perciben. Ayudarles a entender cómo funciona el mundo que les rodea y cómo, ellos también, pertenecen a él, es un paso fundamental en su desarrollo. En última instancia, promover estas actividades de entrada sensorial debería ayudar a un niño con necesidades especiales a alcanzar todo su potencial y a prepararse para enfrentarse al mundo.




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