POR JORDI CASANOVAS
Fuente: Autismo en Vivo | 18/04/2022
Fotografía: Pixabay.com
Ser diferente implica inevitablemente que la gente se fije en ti, pues llama la atención todo aquel que se comporta de persona distinta, y la gente se pregunta ¿qué le pasa a éste?
A uno le gusta pasar desapercibido, pero resulta difícil. Y peor aún si el protagonismo es negativo, o así lo interpretan varias personas. El hecho de cansarse y desaparecer de las reuniones sociales, poner malas caras, no conectar con los demás, estar apartado del grupo, son cosas que llaman la atención de la mayor parte de la gente, que todavía no está familiarizada con la condición Asperger y no lo puede comprender.
Paradójicamente, el carácter autista es más bien discreto de por sí. No busca llamar la atención de nadie o incluso puede pasar del todo desapercibido en algún caso. Pero en la medida que uno se ve obligado a participar del grupo, a formar parte de las actividades del grupo, entonces, se pone de relieve la condición autista.
Si el solo hecho de estar a disgusto en una reunión social ya es un problema, el hecho de que las otras reaccionen negativamente a tu situación resulta en un problema más, y de hecho posiblemente aún más desagradable, o por lo menos, incómodo. Cuando uno no sabe que es Asperger, no sabe darle una explicación más allá de “no me gustan las reuniones” o “no me encuentro a gusto”. También sabe mal que los demás se lo tomen como si fuera un problema suyo, como si pudieran hacer algo por arreglarlo. E igual lo que consiguen es hacerte sentir peor aún.
Con el tiempo uno aprende a aceptarse tal y como es, a que te dé igual lo que piensen los demás y estos te van conociendo mejor también. El reto de la aceptación es clave para los propios Asperger y también para quienes conviven con ellos. A pesar de las diferencias, uno puede ir mejorando en la capacidad de gestionar dichas diferencias de forma inteligente de forma que se pongan menos de manifiesto y así pueda pasar más inadvertido.
Comments