La cabeza: Los peces cebra que sobreexpresan el gen YTHDF2 (abajo) tienen una cabeza inusualmente grande, mientras que los que carecen del gen (arriba) la tienen pequeña, en comparación con los controles (centro).
POR LAURA DATTARO
Fuente: Spectrum | 16/05/2022
Fotografía: Autism Spectrum
Un gen que no se había relacionado con el autismo podría contribuir a una forma de la enfermedad marcada por un cerebro inusualmente grande
Sierra Nishizaki, investigadora postdoctoral del laboratorio de Megan Dennis en el Instituto MIND de la Universidad de California, en Davis, presentó los resultados el jueves en la reunión anual de la Sociedad Internacional para la Investigación del Autismo de 2022. (Los enlaces a los resúmenes pueden funcionar sólo para los asistentes a la conferencia registrados).
Alrededor del 15 por ciento de los niños autistas, en comparación con el 4 por ciento de los niños no autistas, tienen un cerebro desproporcionadamente grande para su altura, una condición conocida como megalencefalia. Sus cerebros siguen siendo grandes durante toda la infancia, según demostró el equipo anteriormente. Según Nishizaki, estos niños también tienen un coeficiente intelectual bajo y son mínimamente verbales, y pueden representar un subtipo de autismo con orígenes genéticos distintos.
Para analizar esos orígenes, los investigadores identificaron 17 variantes de novo -mutaciones no heredadas de los padres- en 100 autistas con megalencefalia o su sustituto, la macrocefalia, una cabeza grande. El equipo descubrió que una de las variantes también afecta al tamaño de la cabeza en el pez cebra.
"Uno de los grandes retos del estudio de la genética del autismo en general es la inmensa heterogeneidad", afirma Nishizaki. "Hay muchos genes asociados a diferentes rasgos del autismo. Una de las formas de llegar a identificar más de ellos es el subfenotipo".
Los investigadores identificaron las variantes en 18 genes en 11 autistas del Proyecto Fenoma del Autismo, que incluye datos sobre la megalencefalia, y en 89 autistas de la Colección Simons Simplex, que mide la macrocefalia. (Tanto la Colección Simons Simplex como Spectrum están financiadas por la Fundación Simons). A continuación, editaron mutaciones en 10 de los genes en el pez cebra, que tiene una cabeza transparente, lo que permite medir fácilmente el cerebro.
La eliminación del gen YTHDF2 hizo que los peces tuvieran una cabeza inusualmente pequeña. La sobreexpresión del gen -similar a una variante encontrada en uno de los participantes autistas- aumentó el tamaño de la cabeza.
"Estamos seguros de que se trata de un gen asociado al tamaño de la cabeza, probablemente también asociado a su autismo", afirma Nishizaki.
Las variantes de un segundo gen, el RYR3, también redujeron el tamaño de la cabeza, pero para entender sus mecanismos habrá que "seguir investigando", dice Nishizaki, y añade que el equipo tiene previsto analizar el resto de los genes en el pez cebra.
Lea más informes de la reunión anual de 2022 de la Sociedad Internacional para la Investigación del Autismo.
Cite este artículo: https://doi.org/10.53053/BBZU5935
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