
POR FRANCYA CASTRO CANIUPAN
Fuente Autismo en vivo | 14/01/2024, Santiago, Chile
Fotografía: autora
Navidad y año nuevo son la oportunidad perfecta para que todas esas luces y ruidos molestos hagan su mejor aparición. Pareciera ser que una fecha amable en sus orígenes, puede volverse una exagerada fuente de cortisol para quienes presentan una baja tolerancia a estos estímulos.
Navidad y año nuevo son la oportunidad perfecta para que todas esas luces y ruidos molestos hagan su mejor aparición. Pareciera ser que una fecha amable en sus orígenes, puede volverse una exagerada fuente de cortisol para quienes presentan una baja tolerancia a estos estímulos. Pensamos que Nueva York tendría niños patinando y un árbol gigante en Central Park, finalmente se simplificó a una multitud atochada (irrespirable) con el carro de policía en medio (y basura bajo los pies).
Me pregunto qué es lo que estará pensando Jesús al observar en lo que se ha convertido su natalicio. Las imágenes de sujetos con turbantes visitando un pesebre, son menos frecuentes que la de un viejo obeso cargando paquetes a sus espaldas. En la avenida hay fachadas con una preparación espectacular: Un interminable trineo en el tejado con un muñeco de fieltro conduciéndolo, un muñeco de luces punzantes (llegan a afectar la vista) y otros juegos de guirnaldas con ampolletas LED descubiertas a bajo costo.
En la noche lanzan fuegos artificiales sea por sumarse a las celebraciones de Navidad, o como una forma de marcar terreno desde las redes de narcotráfico en medio de las poblaciones. Los animales tiemblan y los autistas padecen. Las bombas de ruido son estímulos espantosos.
Puede surgir ansiedad y cierto atisbo de culpa en el ritual de abrir los regalos, en casa, es decir en ese espacio seguro. Invento mil excusas, no puedo apretar "omitir" como en los comerciales de Youtube."Pero cómo no vas a estar presente cuando le entreguemos a cada uno su sorpresa, ¡recuerda que hicimos Amigo Secreto!". Una sonrisa empeñosa es aceptable en esa rama de la familia más informada, no en todas. Piensan que exagero si digo que es un momento difícil. Vi a Pedro hace unos minutos muy nervioso por sacar el pavo de la parrilla y eso me ha generado gran tensión, no es necesario que sea al horno ni que el mantel tenga muérdagos, no para mí.
Anuncio a la próxima persona, y en la medida que todos orientan sus rostros hacia mí, siento en mis manos la gran responsabilidad de parecer cordial y creíble cuando le entregue su obsequio a la persona nombrada.
Ya es 25 a la madrugada. Navidad fue. No recuerdo cómo lo hice, sin embargo, di mi mejor esfuerzo.
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