ANTONIO LOPEZ
Fuente: Autismo en Vivo | 20/11/2021
Fotografía: Pixabay.com
Vivimos en una sociedad en la que lo bien visto es estar casi siempre rodeado de personas, aceptar siempre la compañía, saludar siempre, e incluso ser hipócrita en algún caso
Pues bien, a los Asperger no nos gusta nada de todo esto. Cuando estamos mal, muchas veces nos gusta que nos dejen solos, aunque los demás quizás se vayan a sentir rechazados por ello. Aún estando bien, también nos gusta estar solos muchas veces, haciendo actividades de nuestro interés. Por supuesto, nos gusta la buena compañía en su debida medida.
En nuestra escala de valores, el hecho de tener más o menos amigos es mucho más relativo que para la mayoría de gente. Lo importante es la calidad más que la cantidad, y nuestro criterio de valoración de las personas es bastante distinto de los demás: valoramos la integridad, la formalidad, la sinceridad, el trabajo bien hecho, más que la simpatía, muchas veces hipócrita.
Otras cosillas en las que somos políticamente incorrectos son lo de no saludar, que no siempre es así, dicho sea de paso. No le damos importancia y de hecho muchas veces no le vemos el sentido o la necesidad. La verdad es que me cansa vivir en esta sociedad, que impone tantas normas absurdas y a la vez deja de poner normas en cosas realmente sustanciales relacionadas con los valores mencionados anteriormente.
A veces la cosa ya llega hasta límites algo absurdos, a mi parecer. Hay grupos sociales en los que la gente se saluda dándose calurosos abrazos, aunque apenas se conozcan. Yo no soy así, y no por ello dejo de ser un buen amigo o colega. Pero muchos de ellos no lo entienden. Me pregunto hasta qué punto el programa mental de la conducta del grupo les ha oscurecido el sentido común, como para no entender que se puede no ser un “abrazador” y aún así tener buena relación, incluso mejor que con los abrazadores.
Al final, el abrazo, que es un gesto muy cálido, por supuesto, no es algo que resuelva ningún problema. Tiene un valor simbólico y nada más. Dar tanta importancia a las cosas insustanciales nos hace perder la visión de lo que realmente es importante, me parece. Prefiero mil veces alguien frío pero que me ayude a encontrar trabajo cuando no lo tengo que alguien que siempre me abraza pero no me ayuda en nada. Obviamente una cosa no excluye a la otra, pero la superficialidad está demasiado al orden del día, y me parece conveniente hacer estas reflexiones, por más simples que puedan parecer.
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