POR IGNACIO PANTOJA
Fuente: Autismo en vivo | 19/10/2024
Fotografía: Pixabay
La obsesión por alguien o por algo puede hacernos perder la vida, es necesario tener amigos y familiares que nos ayuden a salir del pozo cuando no podemos salir por nosotros mismos.
Todo empezó aquella noche delante del ordenador, estaba mirando en Internet el nuevo juego de Mario tenis cuando de repente llego a la imagen de Wario, el malvado enemigo de Mario, y entonces dio a la tecla de “siguiente” y apareció un ser alto, extraño, vestido de morado y azul oscuro, ponía “Waluigi”, entonces tuvo una revelación.
“Claro, si hay un Luigi para Mario, debe de haber un Waluigi para Wario”, y se quedó mirando la imagen, de manera confusa y desordenada.
Apago el ordenador no sin tener la imagen de aquel extraño ser en mente, se acostó pero seguía pensando en Waluigi de manera obsesiva y paranoica.
No pudo dormir y a la mañana siguiente no fue a la universidad, estaba agobiado, encendió la pantalla del ordenador y se quedó mirando fijamente la imagen de aquel ser alto y delgado que era el Wario de Luigi o el Luigi de Wario.
Sus padres le dijeron que qué le pasaba pero el tenia miedo y vergüenza de confesar la verdad, sabia que nadie le iba a entender nunca y que iba a provocar risa así que calló.
Pasaron los días y seguía en su cuarto pegado al ordenador mirando fijamente esa imagen de ese ser, deseaba saber más de él, ir al reino champiñón y saber de mano de Mario o de la princesa Peach como sonaba la voz de aquel personaje.
Sus padres lloraban, sus amigos le llamaban pero su mente había ido hacia otro lugar.
Un día le ingresaron en el psiquiátrico donde tuvo que dejar el ordenador.
Pero él no podía dejar de ver en su mente a Waluigi, y cuando no pudo mas acabó con su vida de una manera lenta e indolora para reunirse con el en el más allá, donde nadie ni nada les pudiera molestar.
Ignacio F. Pantoja
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