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Autismo y trastornos de la alimentación: qué buscar




POR SHARLEEN WOODS Y FIONA FISHER BULLIVANT

Fuente: Autism Parenting Magazine | 04/02/2021

Fotografía: Pixabay.com



Los niños y jóvenes con autismo suelen tener dificultades para comer.


Los niños y jóvenes con autismo suelen tener dificultades para comer. En una sociedad saturada del paisaje en constante evolución de la cultura de la dieta y de los consejos profesionales a menudo contradictorios, estas dificultades son una fuente comprensible de preocupación para los padres.


Nosotros, como clínicos en ejercicio, hemos observado una tendencia creciente en los jóvenes con autismo que acuden a los servicios de trastornos alimentarios con restricciones dietéticas o un cambio significativo en los patrones de alimentación que afectan a su salud física.


También es importante tener en cuenta que las niñas suelen estar infradiagnosticadas en términos de autismo y que, a veces, es un trastorno alimentario lo primero que las lleva a nuestra atención clínica. Mientras tanto, se conoce e investiga mucho menos en relación con los hombres jóvenes con autismo y trastornos alimentarios, ya que son menos los que utilizan los servicios de trastornos alimentarios. A medida que aumentan nuestros conocimientos sobre cómo se presenta el autismo en los individuos, nos estamos dando cuenta de que los hombres jóvenes que pueden haber estado previamente bajo un equipo de trastornos de la alimentación pueden en realidad haber sido pasados por alto en términos de un diagnóstico de autismo. Esto se debe a que cada vez somos más conscientes de que los jóvenes varones enmascaran/camuflan, aunque de forma diferente a como lo hacen las mujeres jóvenes (Hull et al. 2017), lo que significa que su presentación puede ser menos estereotipada de lo que habríamos visto anteriormente.


La investigación también ha demostrado que algunos jóvenes con anorexia nerviosa cumplen los criterios de diagnóstico del autismo (Westwood, Mandy y Tchanturia 2017), a menudo con los rasgos autistas subyacentes que preceden a la aparición del trastorno (Mette Bentz et al. 2017; Schulte-Ruther et al. 2012).



A qué hay que prestar atención


  • Cualquier cambio en los patrones de alimentación: Tanto si tu hijo ha tenido previamente una dieta limitada como si no, si notas algún cambio en los patrones de alimentación o en los tipos de alimentos consumidos, te animamos a abrir el diálogo con tu hijo sobre lo que ha instigado este cambio. A menudo podemos caer en la trampa de considerar estos cambios como algo típico porque es "lo que hacen todos los adolescentes", pero ésta es la trampa de la cultura de la dieta y debemos permanecer curiosos ante estos cambios. Este diálogo puede crear una ventana de oportunidad para entender lo que le pasa a tu hijo

  • Señales físicas y emocionales: La restricción importante de alimentos o los atracones y purgas (vómitos) pueden provocar síntomas como fatiga; cambios en el cabello, la piel y las uñas; periferias frías; falta de concentración; calambres y pérdida de la menstruación. Otros síntomas son el cambio de personalidad, la pérdida de alegría en actividades que antes se disfrutaban y los pensamientos persistentes sobre la comida y la planificación de las comidas

  • Sé consciente y prepárate para el efecto de las transiciones: A menudo vemos que los jóvenes con autismo acuden a nosotros poco después de una transición, tal vez de un año escolar a otro, o en sus últimos años escolares. Esto se debe a que tienen que negociar y gestionar interacciones sociales, comunicaciones y entornos físicos más complejos como los institutos. También hay un cambio en las expectativas de los profesores y los adultos en sus vidas, así como de sus compañeros en lo que respecta a las relaciones. Además, también puede deberse a que "hablar de dietas" es un lenguaje común entre los adolescentes y a la presión por "encajar" con sus compañeros

  • Esté atento a las cualidades obsesivas de larga data: y si están influyendo en un cambio en la naturaleza, la frecuencia y la intensidad del comportamiento o el pensamiento en torno a la comida, la alimentación y la bebida. También hay que tener en cuenta cuál puede ser la función del cambio de pensamiento y comportamiento obsesivo. Por ejemplo, ¿se trata de ansiedad, de una necesidad de controlar, gestionar y regular una serie de emociones, o de un entorno o situación? Tenga en cuenta que el cambio en torno a la comida también puede ser un interés especial. Si puede identificar de dónde procede el cambio, tendrá más posibilidades de permitir la gestión, comprender ese cambio y obtener el apoyo adecuado de la manera correcta

  • Cambios en las relaciones: Lo que vemos y sabemos es que las relaciones son complejas y siempre están cambiando y evolucionando. Si un joven ya tiene dificultades para leer las interacciones y situaciones sociales y además tiene problemas para expresar cómo le afectan estas dificultades, imagina lo difícil que le resultará lo siguiente:

    • cómo hacer amigos

    • cómo gestionar los desacuerdos

    • cómo arreglar las cosas después de un desacuerdo

    • cómo mantener el ritmo siempre cambiante de una relación y el impacto que tendrá en él/ella emocionalmente


Por lo tanto, si la posición por defecto es centrarse en las obsesiones con el fin de gestionar estos retos de relación, puede haber un cambio observado en el comportamiento o el pensamiento en torno a la comida y/o el ejercicio.


  • Ansiedad subyacente: Cuando estamos ansiosos, tendemos a volver a lo que nos sentimos cómodos, a lo que podemos controlar y a lo que tiene sentido para nosotros y nos hace sentir seguros. De forma similar a lo que compartimos sobre los cambios en las relaciones, si hemos identificado que la ansiedad está presente y podemos ver los cambios, entonces necesitamos entender de dónde viene la ansiedad y trabajar en ello. Además, es esencial que permitamos que el joven entienda qué es la ansiedad, cómo es su ansiedad y, posteriormente, cómo puede identificar, entender y gestionar su ansiedad de forma útil.



Cómo ayudar si su hijo tiene autismo y un trastorno alimentario


  • Déjese guiar por su hijo: Es comprensible que el hecho de que un trastorno alimentario entre en casa pueda provocar trastornos, angustia y tensión, no sólo para su hijo sino para toda la familia. Adoptar una posición más curiosa y compasiva con las dificultades de su hijo puede ayudarle a comprender mejor la función de su trastorno alimentario. Es posible que tengas que entender sus necesidades sensoriales y adaptar su entorno, así como permitirle entender y gestionar sus propias necesidades sensoriales. También es posible que tengas que encontrar formas alternativas de comunicarte con él/ella sobre sus emociones para que pueda expresarse contigo. Esto puede significar que tanto los padres como el joven necesiten apoyo para comprender la ansiedad y las diferentes formas de pensar de cada uno, de modo que los sistemas familiares y los estilos de crianza puedan adaptarse. De hecho, puede ser necesario que usted tenga su propio apoyo lejos de su hijo para entender lo que le ocurre antes de poder discutir y aplicar el cambio

  • Crea una cultura positiva en torno a la comida: Por todas partes nos dicen lo que debemos comer y en qué cantidad, lo que puede llevar a la confusión y a etiquetar los alimentos como "buenos" o "malos". La comida no sólo es una fuente de energía, sino también un elemento central en la vida social y cultural de muchas personas. Puede ser necesario evaluar tu propia relación con la comida y, a partir de ahí, crear una narrativa positiva (o incluso neutra) en torno a ella para tu hijo

  • Abogue por él/ella: Si tu hijo está bajo el cuidado de algún servicio y tiene dificultades para comunicar sus necesidades, hazle saber al equipo qué adaptaciones pueden hacerse para él. Necesidades sensoriales, estilo de aprendizaje, coherencia con la distribución de la habitación, etc.: cada persona tiene una "normalidad" diferente. Por lo tanto, es importante que el equipo y la familia trabajen juntos para crear un espacio seguro para el niño

  • Comprender cómo las características del autismo pueden influir en el recorrido del trastorno alimentario: Tenga en cuenta que su joven puede tener dificultades con la teoría de la mente y el funcionamiento ejecutivo. Por ejemplo, puede tener dificultades para entender y aceptar sus puntos de vista o los de los demás y adaptar su propio pensamiento y comportamiento en consecuencia. También puede tener dificultades para planificar y organizar sus emociones y acciones, así como para retener información. El concepto y la acción del cambio y la incertidumbre pueden provocarle ansiedad, lo que significa que puede encontrar las demandas de los demás difíciles de implementar y, por lo tanto, se angustia y es incapaz de actuar sobre esas demandas.


En última instancia, usted es el experto por experiencia (es decir, usted es quien mejor conoce a su hijo); trabaje en colaboración con los médicos de su hijo (en caso de que esté bajo un servicio) para que puedan entender y trabajar con usted, su familia y su hijo. Es importante que confíes en ti mismo, pero que aprendas a compartir tus instintos, pensamientos y sentimientos de una manera que los clínicos entiendan.



Referencias


Hull, L., Petriedes, K.V., Allison, C., Smith, P., Baron-Cohen, S., Lai, M-C., Mandy, W. (2017) ’”Putting on My Best Normal”: Social camouflaging in adults with autism spectrum conditions’. Journal of Autism and Development Disorders 47, 8, 2519-2525.


Mette Bentz, M.S., Moellegaard Jepsen, J.R., Pedersen, T., Bulik, C.M., Lennart Pedersen, M.S., Pagsberg, A.K., Plessen, K.J. (2017) ‘Impairment of social function in young females with recent-onset anorexia nervosa and recovered individuals.’ Journal of Adolescent Health 60, 1, 23–32.


Schulte-Ruther, M., Mainz, V., Fink, G.R., Herpertz-Dahlmann, B., Konrad, K. (2012) ‘Theory of mind and the brain in anorexia nervosa: relation to treatment outcome.’ Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry 51, 8, 832–841.


The Times, (2007) Anorexia the female asperger’s 17 August, Accessed on 12/04/19 at https://www.thetimes.co.uk/article/is-anorexia-the-female-aspergers-80wp5r9ftw6


Westwood, H., Mandy, W., Tchanturia, K., (2017) ‘Clinical evaluation of autistic symptoms in women with anorexia nervosa.’ Molecular Autism 16, 8, 12.



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