Bienvenido a la mafia

POR ALEJANDRO GOMEZ

Fuente: Autismo en Vivo | 19/02/2022

Fotografía: Pixabay.com

Los Asperger se sienten especialmente incómodos cuando el entorno sigue dinámicas alejadas de la integridad y la justicia. Ahí la rigidez puede costar cara.

Me he encontrado varias veces en mi vida, tanto en el trabajo como en la propia familia, en las que la mayoría de la gente había decidido adoptar una actitud cómplice con hechos, situaciones o dinámicas reprobables. En los dos casos que tengo en mente, puedo decir que sufrí muchísimo y resultó muy traumático, más en la medida que la parte mafiosa realmente no tenia escrúpulos y estaba llena de miedo y maldad a la vez.

Son experiencias que te hacen crecer y conocerte mejor a ti mismo, darte cuenta de lo que es más o menos importante para ti, y el hecho de poder llevar una vida íntegra es básico para el bienestar emocional de muchas personas, y también para los Asperger. Hacer lo correcto, ser justo y honesto es básico para sentirse bien, más allá de otras consideraciones.

Normalmente las cosas no son blancas o negras, y uno tiene que entender la escala de valores de cada contexto. En las sociedades latinas y asiáticas, la unidad del grupo (llámese amistades o familia) suele estar por encima de la integridad, lo que lleva a grados de corrupción superiores a los de otro tipo de sociedades. Hay que intentar entender que para algunos la unión y harmonía del grupo es lo más importante de todo, por más que no les dejará de incomodar la práctica éticamente reprobable.

Un ejercicio interesante es hacer valoraciones de justicia social. No valorar igual un malhechor bienestante que uno con condiciones económicas muy limitadas. Otra consideración posible es la de ver las consecuencias de las distintas acciones o actitudes que uno pueda tener o llevar a cabo: qué pasaría si hago esto, qué pasaría si hago lo otro, etc. En la línea de la justicia social, se podría valorar la trayectoria de la persona, no siendo igualmente censurable alguien que actúa mal una vez entre mil, que alguien que lo hace por doquier.

Vivir situaciones de este tipo te hace sobretodo aprender de los errores de los demás. Hay que saber entender porqué tal persona ha llegado hasta el punto en que ha llegado y ha hecho lo que ha hecho o le han hecho sufrir tal desgracia. Al final, se aprende más de las situaciones duras que de las situaciones agradables. Así hay que aprender a verlo.