
Resolución de problemas: Las terapias que abordan los estilos de pensamiento inflexibles podrían aliviar los problemas de salud mental de algunos jóvenes autistas./ Cortesía de chpua / Getty Images
POR EMMA YASINSKI
Fuente: Spectrum | 22/10/2021
Fotografía: Autism Spectrum
Los adolescentes autistas con inflexibilidad cognitiva son propensos a tener problemas emocionales y de comportamiento cuando son jóvenes adultos
Los adolescentes autistas con inflexibilidad cognitiva, un estilo de pensamiento rígido que dificulta el cambio de tareas o el ajuste de objetivos, son propensos a tener problemas emocionales y de comportamiento cuando son jóvenes adultos, según un nuevo estudio longitudinal.
Enseñar a estos adolescentes a ser más flexibles -por ejemplo, practicando la resolución de problemas- podría atenuar su tendencia a sufrir ansiedad y depresión cuando sean adultos, afirma el investigador principal, Matthew Hollocks, psicólogo y profesor del King's College de Londres (Reino Unido).
Basándose en observaciones clínicas, los investigadores habían sospechado que "los estilos de pensamiento inflexibles pueden contribuir en gran medida a las dificultades de salud mental de los jóvenes autistas y, potencialmente, ser algo que puede mantener [esas dificultades] a lo largo del tiempo", afirma Hollocks.
Los autistas son más propensos que los no autistas a tener problemas de flexibilidad cognitiva. También son más propensos a tener problemas emocionales, como ansiedad y depresión, y de comportamiento, como hiperactividad y falta de atención.
Pero pocos estudios anteriores habían investigado la conexión, añade Hollocks.
De hecho, la inflexibilidad cognitiva no es el único rasgo que contribuye a los problemas emocionales y de comportamiento de los jóvenes adultos autistas, sugiere el nuevo trabajo de Hollocks. Los comportamientos repetitivos -que se asocian a la inflexibilidad cognitiva- y un cociente de inteligencia verbal bajo también pueden aumentar las posibilidades.
"Este estudio longitudinal cuidadosamente realizado demuestra que la inflexibilidad cognitiva contribuye a los problemas emocionales y de comportamiento de los jóvenes adultos con autismo", afirma Lucina Uddin, profesora de psiquiatría y ciencias del comportamiento y codirectora del Centro de Análisis de Neurociencia Cognitiva de la Universidad de California en Los Ángeles, que no participó en el estudio.
Destacar los rasgos
Hollocks y su equipo analizaron los datos de 81 personas autistas que habían sido evaluadas a los 16 y 23 años como parte del Proyecto de Necesidades Especiales y Autismo, un estudio longitudinal de personas nacidas entre 1990 y 1991 en la región del Támesis Sur de Inglaterra.
Como parte de ese proyecto, los participantes completan tres medidas de flexibilidad cognitiva, así como otras dos pruebas bien conocidas de comportamientos restringidos y repetitivos e inteligencia verbal. Los padres completan encuestas sobre los problemas emocionales y de comportamiento de sus hijos a los 16 y 23 años, y sobre los síntomas de ansiedad y depresión a los 23 años.
De los tres rasgos -inflexibilidad cognitiva, conductas repetitivas y bajo coeficiente de inteligencia verbal- medidos a los 16 años, la inflexibilidad cognitiva fue la que más se asoció con la depresión, la ansiedad y los problemas de conducta a los 23 años, según reveló un análisis estadístico. Los resultados se publicaron en Autismo en septiembre.
"Una vez que se analiza el impacto de los comportamientos restrictivos y repetitivos, descubrimos que la inflexibilidad cognitiva está relacionada con los síntomas emocionales en la infancia, pero también con la ansiedad y la depresión en el periodo adulto", afirma Hollocks. Es posible que la inflexibilidad cognitiva contribuya a potenciar o mantener la ansiedad y la depresión a lo largo del tiempo, afirma.
El estudio "subraya la importancia de los enfoques individualizados para el tratamiento de las comorbilidades de salud mental de los autistas, basados en los perfiles individuales y en sus mecanismos cognitivos específicos", dice Connie Sung, profesora asociada de asesoramiento en rehabilitación de la Universidad Estatal de Michigan en East Lansing, que no participó en la investigación.
"[El] uso de varias medidas neuropsicológicas objetivas y bien validadas para evaluar la flexibilidad cognitiva" fue un punto fuerte del estudio, añade Sung.
La inflexibilidad cognitiva puede "suponer una barrera para nuestros tratamientos actuales" para los problemas emocionales y de comportamiento, dice Hollocks. En el futuro, dice que espera saber si las medidas de inflexibilidad cognitiva pueden identificar a aquellos que podrían necesitar un tratamiento mejorado antes de que puedan beneficiarse de la terapia cognitivo-conductual.
Cite este artículo: https://doi.org/10.53053/JGLJ9918
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