POR ANTONIO LOPEZ
Fuente: Autismo en vivo / 06/02/2021, Barcelona
Fotografía: Pixabay
Es frecuente que muchos Asperger tengan tendencia a decir perdón siempre que actúan de una manera impropia de un neuro-típico que pueda ser interpretada negativamente o pueda molestar a los demás. Merece la pena hacer unas cuantas reflexiones sobre esto.
Si bien yo no soy de estos, en parte porque hace poco más de 2 años que fui diagnosticado y todavía no sé cómo gestionar muchas situaciones explicando “mis razones Asperger” para que no me malinterpreten, sí me he dado cuenta que bastantes Asperger tienden a decir “perdón” con frecuencia si actúan incorrectamente desde la norma social establecida.
Sinceramente, me parece un estrés añadido al que ya supone la condición Asperger, y que además muchas personas no se merecen. Cosas como no mirar a los ojos, largarse de una fiesta antes de hora, la empatía diferente, ligada a la acción más que a la escucha activa, comprensión y acompañamiento, u otros comportamientos algo sorprendentes no tienen realmente ninguna connotación netamente negativa, por más que alguien se pueda molestar. Sí que es de buena educación dar explicaciones en la medida que la otra persona sea amable y considerada contigo, pero no siempre es el caso.
Nadie o casi nadie pide disculpas por ser un mal educado o un arrogante, por ser tonto o inconsciente, por ser egoísta o desagradecido, por abusar o engañar, etc. y todas estas cosas son o tienen consecuencias tanto o más graves según el caso. En fin, todo esto es para decir que uno no se debe “auto-flagelar” pidiendo perdón continuamente por el efecto psicológicamente nocivo que puede llegar a tener esta actitud, salvo en entornos y con personas que realmente lo merezcan. Si la condición Asperger ya es de por sí un castigo para la salud emocional, esta actitud puede llegar a agravarla, pues el sentimiento de culpa contribuye enormemente a ello.
Si es conveniente sobre todo para las personas con quienes queramos construir y mantener una buena relación dar unas cuantas explicaciones por lo referente a nuestras actitudes que más les puedan afectar. Es asimismo conveniente explicarlo en el trabajo, por cuanto los ambientes laborales suelen ser frágiles o malos de por sí, y por la necesidad de entenderse bien con los jefes y compañeros.
En este sentido, es preciso hacer una reflexión acerca de nuestros comportamientos más habituales que son propios del Asperger a fin de tener un manual de actuación para cada caso, tanto en lo que respecta a intentar modificar el comportamiento como a la explicación pertinente en la medida que no se logre modificarlo o no lo suficiente. En el caso del trabajo el tema es más complejo, ya que la forma de trabajar y procesar la información de los Asperger es también diferente y por lo tanto requiere de una explicación especifica. En este apartado, los artículos “El cerebro Asperger como una bombilla especial” y “Estrategias de adaptación al lugar de trabajo” pueden aportar un poco de luz para gestionar la situación.
El mensaje de este artículo, es que más allá de intentar mitigar los impactos negativos que pueda generar el comportamiento propiamente Asperger y el esfuerzo en ser amable con los demás y mejorarse a sí mismo, es vital la auto-aceptación en el sentido de no sentirse mal por ser así, puesto que cada persona es diferente en sus virtudes y defectos, que por más socialmente aceptados que puedan estar, no dejan de serlo, y en bastantes casos mucho más perjudiciales. Nadie es perfecto ni debe sentirse mal por no serlo.
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