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Las funciones cerebrales en la toma de decisiones están alteradas en el TOC




POR TECHNOLOGY NETWORS

Fuente: Technology Networks | 19/10/2023

Fotografía: iStock



La investigación arroja luz sobre las bases biológicas del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).


Un nuevo estudio de UNSW Sydney muestra que los adolescentes con TOC experimentan déficits en la toma de decisiones y el control del comportamiento. Esto está relacionado con una actividad anormal en una zona del cerebro llamada corteza orbitofrontal (OFC). La investigación se publica esta semana en Biological Psychiatry Global Open Science.


"El TOC es muy frecuente y afecta a más de 750.000 australianos. Las personas con TOC se ven atrapadas en bucles de pensamientos y comportamientos no deseados", afirma el Dr. Iain Perkes, primer autor del estudio, profesor titular de Medicina y Salud de la UNSW y psiquiatra infantil y adolescente de la Red de Hospitales Infantiles de Sídney.


El objetivo de los investigadores era comprender mejor las bases biológicas del TOC, lo que podría conducir al desarrollo de nuevos tratamientos. El estudio se centró en los adolescentes, lo cual es importante dado que el TOC suele desarrollarse en la infancia o la adolescencia.


"Estas acciones repetitivas, obsesiones y compulsiones no están completamente bajo el control de una persona con TOC. De lo contrario, simplemente elegirían no hacerlas", afirma el Dr. Perkes.




"Así que había buenas razones para pensar que esos mecanismos de toma de decisiones en el cerebro fallan en el caso del TOC".


De los animales a los humanos

Este estudio se basa en investigaciones anteriores del profesor Bernard Balleine, de Scientia Science UNSW, en las que se aislaron los procesos cerebrales que subyacen a la toma de decisiones.


El profesor Balleine, que es el autor principal de este trabajo, dirige el Laboratorio de Neurociencia de la Decisión de la UNSW. El laboratorio ha llevado a cabo un amplio programa de investigación que incluye experimentos conductuales con ratas. Esto se combina con estudios del cerebro para entender qué áreas del cerebro se activan, y cómo se comunican, para contribuir a la toma de decisiones.


Gracias a la colaboración con investigadores clínicos como el Dr. Perkes, esta investigación puede trasladarse ahora a los seres humanos.






Estudiar la toma de decisiones

En el estudio participaron 21 adolescentes sanos y 20 adolescentes con TOC. Los participantes completaron tareas de toma de decisiones para obtener pequeñas recompensas en forma de alimentos. Realizaron estas tareas dentro de un escáner de resonancia magnética (RM), que mostraba el flujo sanguíneo en sus cerebros asociado a la actividad cerebral.


Se evaluó la capacidad de los participantes para tomar decisiones basadas en señales del entorno, a cambio de recompensas alimentarias. Por ejemplo, en una de las actividades jugaron a un juego de ordenador en el que aprendieron a inclinar una máquina expendedora en distintas direcciones, que correspondían a distintos aperitivos.


"Todos los días tomamos decisiones basadas en señales del entorno, por ejemplo, las señales de stop y go que vemos en los semáforos. Estas señales nos permiten predecir las circunstancias que nos rodean", afirma el Dr. Perkes.


Antes de una de las tareas de toma de decisiones, se redujo el "valor" de las recompensas de comida; se mostró a los participantes un vídeo de insectos arrastrándose sobre la comida, haciéndola menos deseable.


"Queríamos ver cómo el cambio del valor de la recompensa modificaría la elección de la acción de los jóvenes sanos frente a los jóvenes con TOC", explica el Dr. Perkes.



El TOC modifica la cognición

En comparación con el grupo de control, los adolescentes con TOC tenían dificultades para elegir y controlar su comportamiento para obtener recompensas de comida. Además, cuando se reducía el valor de las recompensas de comida, esto apenas influía en su comportamiento durante las tareas.


"Las personas con TOC experimentan dificultades para utilizar las señales de recompensa para guiar sus elecciones de forma adaptativa. Estas dificultades de comportamiento están asociadas a cambios en el cerebro", afirma el Dr. Perkes.

Las resonancias magnéticas mostraron diferentes patrones de actividad cerebral en los adolescentes con TOC, en comparación con los adolescentes sanos. Las diferencias eran especialmente marcadas en el OFC, una región del cerebro responsable de la toma de decisiones, el control del comportamiento y otras funciones cognitivas.


En los participantes con TOC, áreas específicas del OFC eran hiperactivas y otras eran hipoactivas durante las dos tareas de toma de decisiones. Estos hallazgos concuerdan con investigaciones previas en ratas, y proporcionan pruebas de las áreas específicas del OFC responsables de estas funciones psicológicas.



Los investigadores también descubrieron que, en el caso de los adolescentes con TOC, la hiperactividad del OFC durante los experimentos estaba relacionada con la gravedad de los síntomas del TOC. Esto apoya aún más la conexión entre el rendimiento en la toma de decisiones y el trastorno.


"Es una prueba contundente de que estos mecanismos desempeñan un papel fundamental en el desarrollo del TOC", afirma el Dr. Perkes.


Reducir el estigma del TOC

Este estudio apoya aún más la base biológica del TOC. Según el Dr. Perkes, las personas con TOC a veces se sienten invalidadas por los demás cuando luchan contra pensamientos y comportamientos no deseados.


"Comprender la realidad biológica y los fundamentos de enfermedades mentales como el TOC ayuda a reducir el estigma", afirma Perkes.

"Cambia el diálogo de 'súbete los calcetines, esfuérzate más' a 'hay cambios en el cerebro, es una enfermedad real'".


Una mejor comprensión de las causas profundas y de las regiones cerebrales importantes para el TOC también nos lleva más lejos en el desarrollo de mejores tratamientos. Por ejemplo, estos hallazgos podrían contribuir a una estimulación magnética transcraneal más selectiva, que a veces se utiliza para tratar las células nerviosas del cerebro con el fin de tratar el TOC. Asimismo, el conocimiento de los procesos de toma de decisiones del TOC podría conducir a terapias conductuales más adaptadas.


"Sabemos que un tercio de las personas que padecen TOC no responden a los tratamientos de primera línea", afirma el Dr. Perkes.

"Es realmente necesario seguir descubriendo nuevos y mejores paradigmas de tratamiento".


Referencia


Perkes IE, Morris RW, Griffiths KR, et al. Los determinantes motivacionales de la acción humana, sus bases neurales y su impacto funcional en adolescentes con trastorno obsesivo-compulsivo. Biol Psychiatry Global Open Sci. 2023;3(4):1062-1072. doi: 10.1016/j.bpsgos.2022.11.004



Este artículo ha sido republicado a partir de los siguientes materiales. Nota: el material puede haber sido editado por razones de longitud y contenido. Para más información, póngase en contacto con la fuente citada.


Artículo original de UNSW Sydneyhttps://www.unsw.edu.au/


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