POR PACO RODRIGUEZ
Fuente: Autismo en Vivo | 29/07/2022
Fotografía: Pixabay.com
La condición Asperger conlleva un riesgo permanente de incomprensión y malos entendidos que a veces derivan en conflictos, en la medida que se valora negativamente su conducta
En este artículo explicamos algunos de los comportamientos Asperger que crean más rechazo e incomprensión, y que lamentablemente a veces derivan en conflictos interpersonales.
No quiere estar con nosotros. La fatiga social es una de las condiciones más comunes entre los Asperger, consistente en cansarse de las reuniones sociales mucho más temprano de lo habitual, lo cual hace que se vayan antes o simplemente no acudan. Ello, sin duda, suele ser interpretado como una señal de no interés en la relación con las demás personas, que puede ser cierta en algunos casos, pero la realidad es que los Asperger siempre prefieren las relaciones en grupos pequeños o de uno a uno.
¡Qué tío más antipático! Otra característica típica es la acumulación de negatividad, por la incapacidad de gestionar las emociones negativas, que van acumulando por su desajuste con el resto de la gente y su alta sensibilidad. Juntamente con la multitud de traumas no resueltos, ello resulta en una mayor susceptibilidad e irascibilidad con los demás, incluyendo reacciones bruscas e incluso violentas, por la falta de asertividad en la gestión de los conflictos, otra de las debilidades típicas de muchos Asperger.
No dice nada. Es típico que los Asperger sean más tímidos de lo habitual, especialmente cuando son más jóvenes. Realmente se activan con todo lo referente a sus intereses especiales, mientras que el resto de la realidad puede interesarles entre poco y nada. Como no, ello se traslada a todo lo referente a las relaciones sociales, las conversaciones y actividades que se puedan realizar con los demás. La actitud del Asperger cambia por completo cuando se trata de sus temas o actividades de interés especial. Se enciende la bombilla…
Nos ha dejado. Si bien resulta difícil de contrastar, se dice que los Asperger tienen menos tendencia a mantener sus amistades que la mayor parte de la gente. Ello puede deberse al cansancio social que le ha causado un grupo de personas, según haya sido la intensidad de la relación, a la evolución de sus intereses especiales en relación al resto del grupo, a fricciones con algunos miembros del grupo (algo muy normal), cambios en las dinámicas sociales, como sucede a lo largo de la adolescencia y adultez temprana, cuando surgen mayores diferencias.
Es un maleducado. Tanto el cansancio social, como la acumulación de negatividad, como también la incomprensión de los códigos sociales y falta de empatía, resultan en conductas que para algunos son calificables de mala educación, como pueda ser el hecho de no saludar, no corresponder adecuadamente a algún gesto de otra persona, u otros comportamientos que sean propios de una persona inmadura, pues los Asperger maduran emocionalmente más tarde que el resto de las personas.
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