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Probióticos para el autismo




POR AMY KD TOBIK

Fuente: Autism Parenting Magazine | 20/08/2021

Fotografía: Pixabay.com



Los probióticos son uno de los suplementos alimentarios más recomendables e incluso necesarios para muchas personas con problemas de salud. Y también para las personas con autismo.


Los mejores probióticos para el autismo


Los investigadores del autismo creen que existe un fuerte vínculo entre el funcionamiento del cerebro y el intestino. Afirman que varios tipos de dietas y probióticos pueden ayudar a tratar a los niños con autismo.


Con el gran número de alimentos y dietas recomendadas que existen, ¿cómo se puede determinar lo que funciona mejor para todos los miembros de la familia con autismo?


En este artículo, analizamos varias teorías, así como la eficacia de las dietas y los probióticos, las llamadas "bacterias amistosas", para ayudar a aliviar los síntomas del autismo. Veamos la relación entre los probióticos y el autismo.



¿Qué son los probióticos?


Los probióticos son microorganismos vivos, a menudo denominados bacterias "buenas", conocidos por facilitar la digestión, reforzar el sistema inmunitario y mejorar los problemas gastrointestinales.


Los probióticos se encuentran en alimentos como el yogur, el kéfir, el chucrut, el kimchi y el miso, y están disponibles en suplementos dietéticos.


Autismo, probióticos y salud digestiva


Los investigadores consideran que un intestino poco saludable es un factor causal del trastorno del espectro autista (TEA) y del TDAH. Los estudios clínicos demuestran que las personas con autismo suelen tener condiciones anormales de salud digestiva, como el síndrome del intestino irritable (SII).


Un estudio de niños con trastornos del espectro autista mostró un número elevado de bacterias patógenas llamadas Clostridia, que se sabe que causan problemas GI.


Otro estudio realizado en 2017 en el Centro Nisonger del Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio mostró que los niños con TEA tienen una baja cantidad de especies saludables de bacterias llamadas Faecalibacterium prausnitzii, que se asocian con un sistema digestivo saludable.


Para conseguir un aparato digestivo sano, las miles de cepas de bacterias beneficiosas (como Faecalibacterium prausnitzii) deben vivir en equilibrio con las "bacterias malas".


Los expertos sugieren que la dieta puede aliviar este problema. Las investigaciones han demostrado que los microbios probióticos tienen efectos positivos en la salud digestiva y gastrointestinal tanto de adultos como de niños. Los suplementos y productos alimentarios probióticos pueden servir para tratar el autismo y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en el caso de los niños con TEA.



La conexión autismo-intestino-cerebro


Durante años, los científicos han reconocido que muchos trastornos, enfermedades y dolencias están probablemente relacionados con la conexión intestino-cerebro.


Según el Departamento de Salud de EE.UU. (DOH) y los Institutos Nacionales de Salud (NIH), el desarrollo postnatal de un niño depende de la salud de su microbiota intestinal, que se define como la comunidad de microorganismos (bacterias, hongos y virus).


Los investigadores sospechan que un desequilibrio de bacterias sanas y no sanas en el tracto digestivo podría estar contribuyendo a los síntomas del trastorno del espectro autista.


La conexión intestino-cerebro, el autismo y el uso de probióticos se están estudiando más a fondo en el Instituto de Biodiseño de la Universidad Estatal de Arizona y en el Centro del Microbioma del Hospital Infantil de Texas. Existen pruebas de la relación entre las sustancias químicas producidas por las bacterias del tracto digestivo y el comportamiento de los niños con autismo.


Otro hallazgo notable basado en la evidencia y presentado en la Reunión Internacional para la Investigación del Autismo (IMFAR) de 2016 mostró la presencia de la bacteria Haemophilus parainfluenzae en las heces de un niño con autismo durante un período de ensayo clínico de tres días en el que el niño experimentó diarrea, dolor gastrointestinal y varios comportamientos desafiantes, incluida la autolesión.



¿Qué causa los problemas gastrointestinales en las personas con autismo?


En su estudio sobre el autismo, los investigadores dirigidos por el Dr. Paul Ashwood, del Instituto Davis MIND (Investigación Médica de los Trastornos del Desarrollo Neurológico) de la Universidad de California, identificaron las pruebas que relacionan el autismo con los cambios en el cerebro, el malestar gastrointestinal (GI), la disfunción inmunitaria y los comportamientos repetitivos graves asociados a los trastornos del espectro autista.


Los investigadores descubrieron que los niños con autismo tienen niveles elevados de células dendríticas. Estas células son las "generales" del sistema inmunitario. Según Ashwood, las células dendríticas desempeñan un papel fundamental en la respuesta inmunitaria del organismo a los microorganismos, incluidos los gérmenes causantes de enfermedades y las bacterias digestivas normales.



Síndrome del intestino permeable


El síndrome de intestino permeable se produce cuando las brechas en la pared intestinal hacen que los metabolitos bacterianos entren en el torrente sanguíneo. Se considera un factor de riesgo para los niños con autismo que presentan síntomas gastrointestinales.


Los síntomas de intestino permeable pueden incluir:

  • Estreñimiento

  • Hinchazón

  • Exceso de gases

  • Diarrea

  • Deficiencias nutricionales

  • Alergias



Las mejores cepas probióticas para el autismo


Dado que la mayoría de los niños con TEA sufren problemas gastrointestinales y alguna forma de SII, se recomienda que consuman alimentos con fibras solubles para reducir eficazmente sus síntomas o tratarlos por completo.


Dos de las cepas probióticas más recomendadas para el autismo y el SII son Lactobacillus reuteri y Bifidobacterium. Estas pueden ser herramientas útiles además de incorporar alimentos enteros ricos en probióticos en la dieta de su hijo.


En la última década, se han realizado estudios de cepas probióticas específicas para confirmar la teoría del intestino-cerebro e identificar si estas cepas son eficaces y seguras para tratar los síntomas del autismo.



La importancia del Lactobacillus reuteri en el autismo


El Lactobacillus reuteri es una cepa de bacterias que se encuentra habitualmente en el tratamiento del autismo con probióticos.


Mientras que la mayoría de los probióticos mejoran los problemas intestinales, se ha observado que el Lactobacillus reuteri también mejora el comportamiento social en el autismo.


Un estudio realizado por Mauro Costa-Mattioli del Baylor College of Medicine de Houston, Texas, reveló que el comportamiento social de los ratones del experimento se normalizó y fue similar al de los ratones de control después de tomar L. reuteri. Esto se debe a que esta cepa específica aumenta la oxitocina, también conocida como la "hormona del amor".


Por ello, los niños con autismo que tienen esta cepa en su microbioma intestinal pueden experimentar una mejora en el estado de ánimo y en las interacciones sociales, lo que la hace beneficiosa para muchas personas con TEA y otros síntomas de comportamiento y similares al autismo.



La cepa B. fragilis y el autismo


El Bacteroides fragilis, también conocido como B. fragilis, puede ser útil para los niños con autismo, según un estudio realizado en el Instituto Tecnológico de California en Pasadena. El estudio descubrió que B. fragilis tiene una capacidad única para penetrar incluso en las capas de mucosidad más hostiles e incrustarse en las células del intestino.


El director de la investigación, Paul Patterson, afirma que el B. fragilis trató el intestino permeable en los ratones probados. El grupo del experimento también se volvió más vocal y menos ansioso y obsesivo, que son comportamientos comunes en el autismo.


Sin embargo, es importante tener en cuenta que el B. fragilis no está disponible en el mercado y que es necesario realizar más estudios antes de ofrecerlo al público como tratamiento.



Antibióticos frente a probióticos


Otro factor que hay que tener en cuenta al intentar mejorar los síntomas gastrointestinales es la ingesta de antibióticos. Los antibióticos se toman para evitar el crecimiento de bacterias dañinas, pero también eliminan las bacterias intestinales beneficiosas.


Algunas pruebas sugieren que tomar probióticos durante o después de tomar antibióticos puede ayudar a contrarrestar los efectos negativos de los antibióticos, mientras que otro estudio afirma lo contrario.


Si no está seguro de tomar probióticos y antibióticos a la vez, puede considerar productos fermentados como el yogur y los alimentos a base de cuajada para devolver el equilibrio a las bacterias intestinales.



¿Es seguro que los niños tomen probióticos?


Los probióticos no están regulados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) porque están regulados como productos alimenticios.


Los médicos y los expertos en salud coinciden en que los probióticos son generalmente seguros tanto para los niños como para los adultos. Sin embargo, los niños con sistemas inmunitarios débiles o enfermedades graves no pueden tomar probióticos debido a sus posibles efectos perjudiciales.


También hay que tener en cuenta la cantidad y composición de las bacterias vivas presentes en los productos alimentarios probióticos. Los padres deben consultar siempre al médico del niño antes de empezar a tomar suplementos probióticos.



Desventajas o efectos secundarios de los probióticos


Aunque se consideran seguros, la ingesta de microorganismos vivos puede tener algunos efectos secundarios. Los efectos secundarios pueden incluir:

  • Gases leves

  • Hinchazón

  • Sistema inmunitario sobreestimulado

  • Estreñimiento

  • Aumento de la sed

  • Puede provocar alergias

  • Dolores de cabeza


Se recomienda a las personas con un sistema inmunitario débil, que estén gravemente enfermas y/o que sufran ciertos problemas intestinales, que pidan la aprobación de un médico antes de consumir probióticos. Los microorganismos vivos tampoco son adecuados para bebés, niños pequeños y mujeres embarazadas.


Nunca hay que dar probióticos a los bebés prematuros. Los pacientes con heces sanguinolentas, los pacientes de cirugía cardíaca y los pacientes con disfunción pancreática deben ser autorizados por sus médicos.



Conclusión


Puede ser un reto para las familias gestionar la salud de un niño. El autismo puede ser muy complejo y hay múltiples factores que contribuyen a sus síntomas.


Sin embargo, los diversos avances en la investigación médica que han dado como resultado el descubrimiento de los probióticos para el autismo y la mejora del conocimiento sobre el funcionamiento y la finalidad del microbioma en el organismo, entre otros hallazgos, son pasos positivos para lograr tratamientos completos y eficaces.



Referencias



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