POR IKER FERNANDEZ
Fuente: Autismo en Vivo | 24/01/2022
Fotografía: Pixabay.com
Siempre digo que mi vida transcurre por un carril distinto de los demás, por varias razones, como son tanto mis limitaciones como mi forma de ser en sí misma
Mis limitaciones son básicamente la mayor dificultad en conectar con los demás, en encontrar personas con quienes tenga feeling y temas de conversación interesantes, pero también el cansancio psicológico que me causan las dinámicas de grupo. Estas dos cosas de por sí ya te sitúan fuera de la vida social convencional, y sólo te quedan aquellas personas con quienes compartir tiempo de forma individualizada o en grupos pequeños, y en tiempo más limitado de lo que para muchos resulta normal. Se pueden conseguir excepciones, pero resulta difícil.
Por otro lado, mis motivaciones tampoco van en la línea de los demás. No siento una gran motivación por pertenecer al grupo, sino simplemente es una convencionalidad conveniente y algo desagradable en bastantes casos, en la medida que me causa dicha fatiga psicológica que he mencionado antes.
El hecho de ser más solitario condiciona el grado de influencia y aprendizaje que recibes de los demás, por lo que pasas de las modas y dinámicas sociales, y te desarrollas de forma más independiente, aprendiendo algunas cosas más tarde y resolviendo los problemas a tu manera, pensando por tu cuenta en lugar de recurrir a lo que hacen los demás.
Todo ello hace que acabes siendo un hombre hecho a sí mismo, en lugar de un borrego o semi-borrego como son muchos, especialmente en las edades más jóvenes. También en la adultez media y avanzada sigue esta diferencia, pero con el paso del tiempo más personas se encuentran a sí mismos y dejan de ser seguidores de las dinámicas sociales.
A partir de ahí, cada vez somos más quienes hacemos nuestro propio camino y nos desarrollamos por nuestra cuenta, aunque ello tenga o pueda tener inconvenientes importantes, pues la pertenencia al grupo, si es un buen grupo, resuelve muchos problemas y te hace la vida más fácil.