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Beneficios de la terapia acuática para niños diagnosticados con autismo

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POR JYOTSNA PANSARE

Fuente: Autism Connect| 30/12/2024

Fotografía: Istockphoto

 

 

La terapia acuática, también conocida como hidroterapia, es una intervención basada en la evidencia que utiliza las propiedades únicas del agua para favorecer el desarrollo físico, cognitivo y emocional.

 

 

Para los niños diagnosticados con trastorno del espectro autista (TEA), la terapia acuática ofrece un entorno terapéutico que aborda los retos específicos asociados a esta afección. Este artículo explora cómo la terapia acuática promueve el crecimiento holístico y mejora la calidad de vida de los niños con autismo.

 

 

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Beneficios físicos

 

Los niños con autismo suelen enfrentarse a retos físicos como un tono muscular bajo, mala coordinación y habilidades motoras limitadas. La terapia acuática proporciona un entorno seguro y propicio para abordar estos problemas de forma eficaz.

 

• Mejora de las habilidades motoras:

Las actividades en el agua fomentan el movimiento, la coordinación y el equilibrio, lo que ayuda a los niños a mejorar sus habilidades motoras finas y gruesas (Fragala-Pinkham et al., 2008).

• Aumento de la fuerza y la resistencia muscular:

La resistencia natural del agua fortalece los músculos sin el esfuerzo de las actividades con peso, lo que la hace ideal para los niños con tono muscular bajo.


• Mayor flexibilidad y movilidad:

La flotabilidad permite un mayor movimiento de las articulaciones, lo que permite a los niños con rigidez o movilidad limitada realizar ejercicios con facilidad (Theis et al., 2013).


• Reducción del dolor y la tensión:

El agua caliente de las piscinas terapéuticas alivia la tensión muscular y favorece la relajación, lo que beneficia a los niños que experimentan molestias sensoriales o físicas.

 

 

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Integración sensorial

 

Los niños con autismo suelen tener dificultades con el procesamiento sensorial, lo que puede hacer que las tareas diarias les resulten abrumadoras. El entorno sensorial único del agua es especialmente beneficioso para la regulación sensorial.

 

Estímulos táctiles y procesamiento sensorial:

El agua proporciona una presión constante y estimulación táctil, lo que ayuda a los niños a regular sus respuestas sensoriales (Vonder Hulls et al., 2006).


Mejora de la conciencia corporal:

La presión hidrostática del agua mejora la propiocepción, lo que ayuda a los niños a comprender y controlar los movimientos de su cuerpo.


Efectos calmantes:

Las cualidades relajantes del agua pueden reducir la sobrecarga sensorial y promover una sensación de calma, lo que convierte a la terapia acuática en un entorno preferido para los niños con TEA (Mortimer et al., 2011).

 

 

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Beneficios cognitivos y neurológicos

 

La terapia acuática promueve el desarrollo cognitivo al involucrar a los niños en actividades estructuradas y con un propósito específico que requieren concentración y coordinación.

 

Mejora de la atención y la concentración:

Las actividades en el agua exigen concentración, lo que ayuda a los niños a mejorar su capacidad de atención y reducir la hiperactividad.


Reeducación neuromuscular:

Los ejercicios acuáticos estimulan la conexión entre el cerebro y el cuerpo, reeducando los patrones neuromusculares para mejorar el movimiento y la coordinación (Kelly y Darrah, 2005).


Habilidades para resolver problemas:

Participar en juegos y ejercicios acuáticos fomenta la participación cognitiva, lo que puede mejorar las habilidades para resolver problemas y tomar decisiones.


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Beneficios emocionales y conductuales

 

Las propiedades terapéuticas del agua pueden tener profundos efectos emocionales y psicológicos, especialmente en los niños con TEA, que a menudo experimentan un aumento de la ansiedad y una desregulación emocional.

 

• Reducción del estrés y regulación emocional:

La naturaleza rítmica y repetitiva de los ejercicios acuáticos ayuda a los niños a gestionar el estrés y regular las emociones.


Aumento de la confianza y la independencia:

El entorno propicio del agua permite a los niños alcanzar hitos físicos, lo que aumenta su autoestima y su sentido de la autonomía (Becker, 2009).


Reducción de la ansiedad:

Se ha demostrado que los entornos acuáticos tienen un efecto calmante en los niños con TEA, ayudándoles a sentirse seguros y relajados (Mortimer et al., 2011).

 

 

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Interacción social y comunicación

 

La terapia acuática suele incluir actividades en grupo, que brindan a los niños con autismo la oportunidad de interactuar con sus compañeros y desarrollar habilidades sociales.

 

Mejora de las habilidades de comunicación:

A través de actividades guiadas, los niños practican la comunicación verbal y no verbal, que es crucial para la interacción social.


Trabajo en equipo y cooperación:

Las sesiones en grupo fomentan el turno de palabra, la colaboración y la paciencia, habilidades esenciales para construir relaciones.


Entorno inclusivo:

La terapia acuática crea un espacio seguro e inclusivo en el que los niños se sienten aceptados y apoyados, lo que fomenta el sentido de pertenencia.

 

 

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Programas personalizados para el autismo

 

La terapia acuática está diseñada para satisfacer las necesidades específicas de cada niño, lo que garantiza que las sesiones sean eficaces y agradables. Los programas están dirigidos por profesionales cualificados que comprenden los retos únicos asociados al TEA y adaptan las actividades a las capacidades del niño.

 

Objetivos personalizados:

Los terapeutas trabajan con las familias para establecer objetivos como mejorar las habilidades motoras, mejorar la comunicación o reducir la ansiedad.


Entornos seguros y accesibles:

Las piscinas terapéuticas están equipadas con rampas, elevadores y agua caliente/fría para garantizar la accesibilidad y la comodidad de los niños con diversas necesidades.

 

 

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Desarrollo holístico

 

La terapia acuática aborda las necesidades físicas, sensoriales, cognitivas y emocionales de los niños con autismo, lo que la convierte en un enfoque integral para su desarrollo. Los estudios demuestran que los niños con TEA que participan en la terapia acuática muestran mejoras significativas en las habilidades motoras, la integración sensorial, la regulación emocional y la interacción social (Fragala-Pinkham et al., 2008).

 

 

Conclusión

 

La terapia acuática ofrece una experiencia transformadora para los niños diagnosticados con autismo, proporcionándoles un entorno seguro, atractivo y terapéutico para superar sus retos. Al abordar las necesidades físicas, sensoriales, cognitivas y emocionales, la terapia acuática ayuda a los niños con autismo a prosperar tanto dentro como fuera del agua. Para las familias que buscan un apoyo innovador y eficaz, la terapia acuática destaca como una poderosa herramienta para liberar el potencial.

 

Juntos, podemos generar un cambio positivo para los niños con autismo, sesión a sesión.


 

Referencias


1. Becker, B. E. (2009). Aquatic therapy: Scientific foundations and clinical rehabilitation applications. PM&R, 1(9), 859-872.


2. Fragala-Pinkham, M. A., Haley, S. M., & O’Neil, M. E. (2008). Group aquatic aerobic exercise for children with disabilities. Developmental Medicine & Child Neurology, 50(11), 822-827.


3. Kelly, M., & Darrah, J. (2005). Aquatic exercise for children with cerebral palsy. Developmental Medicine & Child Neurology, 47(12), 838-842.


4. Mortimer, R., Privopoulos, M., & Kumar, S. (2011). The benefits of hydrotherapy for children with autism spectrum disorder: A systematic review. Research in Autism Spectrum Disorders, 5(1), 112-121.


5. Theis, N., Korff, T., & Kairon, H. (2013). Effectiveness of aquatic therapy for children with joint conditions. Journal of Rehabilitation Research and Development, 50(6), 821-830.


6. Vonder Hulls, D. S., Walker, L. K., & Powell, J. M. (2006). Clinician perceptions of the benefits of aquatic therapy for young children with developmental disabilities. Physical & Occupational Therapy in Pediatrics, 26(3), 15-27.



Artículo original en inglés:


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