Educacion inclusiva (opinión personal)

POR GABRIEL MARIA PÉREZ

Fuente: Univers Àgatha | 05/06/2021, Barcelona

Fotografía: Pixabay

Hoy me decido a hablar sobre un tema delicado pero necesario.

Ahora bien, como siempre digo, yo hablo desde la perspectiva de mi hija Àgatha, con autismo dentro del espectro del Tanstorno General del Desarrollo.

No estoy en contra, en absoluto, sobre la escuela inclusiva para personas con necesidades especiales, es un derecho y la UNESCO lo recoge en la siguiente declaración:

“Los alumnos con necesidades especiales deben tener acceso a los colegios de educación regular, donde deben ser acomodados con estrategias pedagógicas centradas en el alumnado, de forma que se responda a sus necesidades”

Pero hay que tener claro que no todos los individuos, en mi caso hablo siempre de autismo, podrían acogerse a este derecho.

Me explico:

Mi hija no habla, no responde a órdenes, no sigue las pautas de enseñanza, aunque pudieran ser adaptadas a su persona, pues rehúye o simplemente no interacciona en absoluto.

Podrá sonreír, sentirse acompañada, pero si pretendiera que entrase en un centro inclusivo (repito que falta avanzar mucho en esta materia porque, reitero, es necesaria la educación inclusiva), sería más para sensibilizar a los compañeros de clase o a sus padres, pero probablemente, podría estorbar a la práctica de los maestros en sus enseñanzas.

Vuelvo a insistir que hablo solo desde la perspectiva de un padre que tiene una hija con una (dis) capacidad reconocida de un 88%.

Algunos me diran (ya lo han hecho) que estoy equivocado.

Seguramente sea así pero solo pretendo aclarar o significar que no todos los casos de individuos con necesidades especiales pueden ser susceptibles de entrar en la enseñanza inclusiva.

Remarco que es solo mi opinión y que apoyo 100% la escuela inclusiva, pero no en todos los casos.

Por otro lado habrá que formar a muchos más profesionales de la enseñanza para que puedan asimilar cómo vehicular el procedimiento en el trato en las aulas de estos alumnos.

La clase se tendrá que adaptar a cada uno de estos alumnos, no el alumno a la clase, por eso esa necesidad de una buena formación y unos protocolos adaptados a la inclusión, ya que cada individuo, tanto “especial” como no, tiene su propia particularidad.

Estoy convencido que avanzaremos en esta materia, aunque hay que darle un margen largo de tiempo para esta adaptabilidad a los tiempos que vivimos.

Nota:

Ante el cese de actividad de mi asociación UNIVERS AGATHA AUTISME, quería compartir el siguiente enlace de un YOUTUBE, “El so del silenci” (El sonido del silencio), en el que se recita mi poema “SAPS? - ¿SABES?”

Seguro que disfrutaréis con las imágenes, los paisajes, la música, etc.

Realizado por el gran divulgador GASPAR CABALLERO FEMENIAS, pongo aquí la traducción en castellano para su comprensión:

¿Sabes?

¿Sabes qué es no dormir

porque ella no duerme?

¿Sabes qué es estar abatido

porque no sabes lo que tiene en la cabeza?

¿Sabes qué es estar cansado

de ver sus ojos cansados?

¿Sabes qué es convivir

con un silencio sin respuestas?

¿Sabes qué es sufrir

por una persona que no entiendes?

¿Sabes qué significa

tener una hija sin palabras?

¿Sabes qué triste es

cuando hace días que no sonríe?

¿Sabes lo que cuesta ver

que no aprende lo que quieres?

¿Sabes qué es

tanto tiempo de tanta lucha?

¿Sabes qué es sentirse extraño

cuando la tengo de compañía?

¿Sabes lo que cuesta

que me entendáis cuando hablo de ella?

¿Sabes cuánto cuesta

que la gente entienda que no tiene ninguna enfermedad?

¿Que la gente no te mire como un bicho raro?

¿Que los niños pequeños te observen con cara de perro?

¿Que se quieran aprovechar de la ignorancia con curas imposibles?

¿Que te quedes absorto mirando la ventana y te sientas solo?

¿Que la vida pase y todo se quede en los márgenes del camino?

Sí, yo quiero abrazarte,

besarte, hacerte cosquillas,

acariciarte la carita, las manitas,

jugar contigo y que juegues conmigo,

ponerte la comida en la mesa

y que tú solita te la comas.

Que mastiques, que vayas solita al baño,

que me pidas un pañuelo para sonarte,

que me agarres de la mano

y me lleves a tu luna y tu sol.

Que te tapes solita con la manta

las noches de frío invierno.

Que me digas, que me digas,

que me digas... tan solo un...

... Te quiero papá.

Gabriel Maria Pérez

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