https://www.facebook.com/AutismoVivo0/
top of page
Foto del escritorautismoenvivo

¿Es el autismo un trastorno cognitivo?




POR YOLANDE LOFTUS

Fuente: Autism Parenting Magazine | 18/06/2021

Fotografía: Pixabay.com



Los trastornos cognitivos son alteraciones de la función cognitiva hasta un grado en el que el funcionamiento normal no es posible sin tratamiento.


Los trastornos cognitivos son alteraciones de la función cognitiva (procesos mentales) hasta un grado en el que el funcionamiento normal no es posible sin tratamiento. En este artículo se examinará la cuestión de si los trastornos del espectro autista encajan en esta categoría.


Muchos miembros de la comunidad autista se sienten ofendidos por el uso de la palabra "trastorno". Para otros sigue siendo importante, ya que la definición de la palabra significa inevitablemente que el autismo es tomado en serio por la comunidad médica.


Por ello, al examinar la cuestión de si el autismo es un trastorno cognitivo, se hace referencia a la palabra trastorno en su sentido médico tradicional; para facilitar las referencias a las definiciones de las revistas médicas y los estudios científicos importantes. Sin embargo, esto no desestima en absoluto la opinión de quienes abogan por términos menos cargados para el autismo, como condiciones del espectro autista.


En este artículo, se examinará el trastorno del espectro autista (TEA) para establecer si la condición se califica como un trastorno cognitivo. El autismo, tal y como lo define el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (5ª ed.; DSM-5; American Psychiatric Association, 2013), será el punto de partida.


A continuación, se analizarán las teorías cognitivas relevantes para determinar si predicen los síntomas asociados al autismo. Por último, se examinará la definición de los trastornos cognitivos para determinar si el autismo se califica como un trastorno cognitivo o no.



¿Qué es el autismo?


La mayoría de los expertos clasifican el autismo como un trastorno del neurodesarrollo. Este término es muy amplio y en palabras de Sherr (2016): "En el solapamiento entre los campos de la neurología, la psiquiatría y la pediatría, puede ser difícil encontrar un término con tanta generalidad como los trastornos del neurodesarrollo (NDD)".


Muchos utilizarán también palabras como "complejo", "trastorno del espectro" y "no progresivo" para describir el autismo. El autismo es una condición compleja con un espectro que incluye muchos síntomas diferentes que varían en gravedad y se presentan de manera diferente para la mayoría de los individuos.


Para algunos, el DSM-5 representa una forma estricta y científica de diagnosticar el autismo. Para otros, los criterios son demasiado estrictos; no todo el mundo está contento con el trastorno único introducido por el DSM-5.


El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (4ª ed., rev.) o DSM-4 tenía cuatro diagnósticos separados que se consolidaron en el diagnóstico del DSM-5 de TEA. Éstos eran: el trastorno autista, el trastorno de Asperger, el trastorno desintegrativo de la infancia y el diagnóstico global de trastorno generalizado del desarrollo no especificado (PDD-NOS). Muchos miembros de la comunidad autista consideraron que estos diagnósticos separados permitían una mayor flexibilidad a la hora de diagnosticar el autismo, por lo que los casos límite o de umbral no quedaban fuera de la lista.


Los criterios del DSM-5 para los trastornos del espectro autista se centran en las dos áreas siguientes:

  • Dificultades persistentes de comunicación social

  • Comportamientos o intereses restringidos y repetitivos; esta área incluye los desafíos sensoriales


Los síntomas deben estar presentes desde una edad temprana, y deben causar dificultades significativas en áreas importantes del funcionamiento (los criterios del DSM-5 para los trastornos del espectro autista son detallados, la revista debe ser consultada para los criterios exactos y ejemplos específicos de los síntomas).


Al examinar estas dos áreas principales de síntomas o déficits, puede ser útil examinar algunas teorías cognitivas como la teoría de la mente, la función ejecutiva y la teoría de la coherencia central para determinar si el autismo puede clasificarse como un trastorno cognitivo.



Teoría de la mente


La teoría de la mente es una habilidad o capacidad cognitiva para hacer inferencias sobre los estados mentales de otras personas; suele desarrollarse en los niños entre los tres y los cinco años. Esta capacidad nos permite utilizar nuestra comprensión de las creencias, intenciones y deseos de los demás para predecir el comportamiento. Muchos estudios han descubierto que la teoría de la mente está deteriorada en individuos con TEA.


Para comprobar esta teoría, se suele utilizar el test de Sally-Anne debido a su sencillez. El test de Sally-Anne es una prueba de falsas creencias que determina si un niño es capaz de atribuir creencias falsas a otros. La prueba fue aplicada por primera vez por Baron-Cohen, Leslie y Frith (Baron-Cohen et al., 1985) y en ella participan dos personajes ficticios: Sally y Anne.


Sally deja la pelota en una cesta y abandona la escena. Al marcharse, Ana traslada la pelota de la cesta a una caja o armario. En este experimento, los niños deben predecir dónde buscará Sally la pelota cuando vuelva. Los niños neurotípicos de cuatro años suelen acertar atribuyendo la creencia falsa a Sally. Los niños muy pequeños y los del espectro suelen fallar la prueba.


La capacidad cognitiva de inferir los estados mentales de los demás puede ser vital para el desarrollo de la comunicación social. Un niño autista que tenga dificultades con esta habilidad socio-cognitiva tendrá problemas con la comunicación social. Los déficits mostrados en la teoría de la mente por aquellos con TEA, posiblemente podrían hacer un caso para considerar el autismo como un trastorno cognitivo.



Función ejecutiva


La función ejecutiva es un proceso cognitivo que nos ayuda a establecer objetivos, organizar y planificar, centrar nuestra atención y, en definitiva, hacer las cosas. El funcionamiento ejecutivo implica procesos cognitivos complejos como la memoria de trabajo, la resolución de problemas y el pensamiento flexible; investigar su disfunción en los individuos autistas es aún más complejo.


La relación entre la disfunción ejecutiva y los síntomas conductuales en el autismo es de interés para muchos investigadores (Shiri et al., 2020). Los estudios encontraron un vínculo entre la función ejecutiva y los síntomas sociales y no sociales asociados con el TEA, pero se necesita más investigación para precisar la relación exacta (Van Eylen et al., 2015).



Coherencia central


Uta Frith propuso la Teoría de la Coherencia Central Débil en 1989, esta teoría encapsula muchas de las luchas cotidianas que enfrentan las personas con autismo. Se refiere a un estilo cognitivo que puede hacer que un individuo se centre en los detalles en lugar de en la forma global; en otras palabras, la incapacidad de ver "el panorama general". Algunos creen que este enfoque en los detalles -a expensas de encontrar el significado- puede estar en el fondo de algunos síntomas del TEA (como la insistencia en la uniformidad).


Aunque las teorías cognitivas no son exclusivas de las personas con TEA, pueden ayudarnos a entender los retos a los que se enfrentan muchos autistas. Las explicaciones cognitivas del autismo pueden vincular el cerebro y el comportamiento, con la cognición en el centro (Frith, 2012).



¿Qué es un trastorno cognitivo?


En una revisión de los déficits cognitivos, los autores (Dhakal y Bobrin, 2020) definen los trastornos cognitivos como cualquier trastorno que deteriora significativamente las funciones cognitivas de un individuo; de modo que el funcionamiento normal no es posible sin tratamiento. Para ilustrar la definición, los autores utilizan la enfermedad de Alzheimer como el trastorno cognitivo más conocido.


Esta definición explica en cierta medida por qué se califica al TEA como un trastorno del neurodesarrollo, en lugar de un trastorno cognitivo. Según Green et al. (1995), el autismo es un síndrome que se define sobre todo en términos conductuales, pero que se asocia a una amplia gama de déficits cognitivos.

Parece haber un desacuerdo entre los investigadores cuando se trata de la supremacía de los síntomas cognitivos frente a los conductuales. Muchos investigadores consideran que la comprensión de los procesos cognitivos en el autismo es un requisito previo para entender cómo se desarrolla la enfermedad.



En conclusión


Aunque hay acuerdo en que el autismo es un trastorno del neurodesarrollo, ya que no encaja del todo en la definición de trastorno cognitivo, el elemento cognitivo del TEA es una parte crucial para entender la condición. Los estudios (Brunsdon et al., 2015) sugieren que las múltiples atipicidades cognitivas son características del TEA. Sin embargo, estos y otros estudios también admiten que la investigación del autismo tiene un camino por recorrer para comprender mejor las características cognitivas exactas del TEA.



Referencias


American Psychiatric Association. (2000). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (4th ed., rev.). Washington DC: Author. (Pg. 84)


American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). https://doi.org/10.1176/appi.books.9780890425596.


Baron-Cohen, S., Leslie, A. M., & Frith, U. (1985). Does the autistic child have a “theory of mind”?.Cognition, 21(1), 37–46. https://doi.org/10.1016/0010-0277(85)90022-8


Brunsdon, V. E., Colvert, E., Ames, C., Garnett, T., Gillan, N., Hallett, V., Lietz, S., Woodhouse, E., Bolton, P., & Happé, F. (2015). Exploring the cognitive features in children with autism spectrum disorder, their co-twins, and typically developing children within a population-based sample. Journal of child psychology and psychiatry, and allied disciplines, 56(8), 893–902. https://doi.org/10.1111/jcpp.12362


Dhakal, A., & Bobrin, B. D. (2020). Cognitive Deficits. In StatPearls. StatPearls Publishing.


Frith, Uta. (2012). Why we need cognitive explanations of autism. Quarterly journal of experimental psychology (2006). 65. 2073-92. 10.1080/17470218.2012.697178.

Frith, U. (1989). Autism: Explaining the enigma. Oxford: Blackwell.


Sherr, E. H. (2016). Chapter 36 – Neurodevelopmental Disorders, Causes, and Consequences. In Lehner, T., Miller, B. L. & State, M.W (Eds.). Genomics, Circuits, and Pathways in Clinical Neuropsychiatry (pp. 587-599) Academic Press, https://doi.org/10.1016/B978-0-12-800105-9.00036-6.


Shiri V, Hoseyni S A, Pishyareh E, Nejati V, Emami M, et al. Is There any Correlation Between Executive Dysfunction and Behavioral Symptoms in Autistic Children? A Systematic Review, Arch Neurosci. 2018 ; 5(2):e64303. doi: 10.5812/archneurosci.64303.


Van Eylen, L., Boets, B., Steyaert, J., Wagemans, J., & Noens, I. (2015). Executive functioning in autism spectrum disorders: Influence of task and sample characteristics and relation to symptom severity. European Child & Adolescent Psychiatry, 24(11), 1399–1417. https://doi.org/10.1007/s00787-015-0689-1


1360 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comments

Rated 0 out of 5 stars.
No ratings yet

Add a rating
bottom of page