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Explicando el comportamiento repetitivo en niños con autismo




Fuente: Autism Parenting Magazine / 15/12/2020

Fotografía: Pixabay



El comportamiento repetitivo y restrictivo es uno de los principales síntomas de los trastornos del espectro autista (TEA).


Sin embargo, los mecanismos detrás de los comportamientos repetitivos en el autismo han demostrado ser bastante difíciles de entender.


Aunque algunos expertos sugieren que estos comportamientos en los niños con TEA son el resultado de un déficit de atención, otros están convencidos de que los niños con autismo tienen anormalidades en el sistema motor.


De acuerdo con esos grupos de expertos, los comportamientos y los trastornos del desarrollo en las personas con autismo son causados por los déficits motores que se observan generalmente en los trastornos del espectro autista.


El término "comportamiento repetitivo" se refiere a los comportamientos inusuales caracterizados por la repetición, el comportamiento inapropiado, la rigidez y la falta de adaptabilidad. Estos incluyen acciones auto-lesionantes, auto-estimulantes, repetitivas verbales y compulsivas, todas ellas conductas motoras estereotipadas.


Este artículo explorará más a fondo las conductas repetitivas en niños con autismo para ayudar a arrojar más luz sobre el tema. Pero más allá de eso, también explicaremos las causas y ofreceremos algunas soluciones.



¿Qué son las conductas repetitivas en el autismo?


Como se mencionó anteriormente, el término "conductas repetitivas" se refiere a cualquier forma de comportamiento inusual caracterizado por la repetición, la conducta inapropiada, la rigidez y la falta de adaptabilidad. Estas conductas también incluyen acciones estereotipadas que son auto-lesionantes, auto-estimulantes, repetitivas verbalmente y compulsivas.


Las conductas repetitivas pueden potencialmente causar problemas cuando se convierten en una parte significativa de las horas de vigilia de la persona o conducen a daños corporales sustanciales como resultado de conductas de autolesión. Estos comportamientos también pueden ser difíciles cuando crean un desafío para que la persona aprenda acciones más "apropiadas" o interfieren con su capacidad de interactuar con los demás.


La condición también puede interferir con ciertas actividades cotidianas, lo que lleva a la alienación o el aislamiento. Como se indicó anteriormente, la función real de los trastornos repetitivos aún se desconoce, pero las funciones hipotéticas pueden incluir la estimulación sensorial, la recompensa o gratificación y la reducción del estrés.


Los comportamientos repetitivos en los niños siempre son una preocupación para los padres que tienen que lidiar con discapacidades de desarrollo en sus hijos. Aunque diferentes expertos han usado muchos términos para describir tales discapacidades de desarrollo, en el fondo, los comportamientos repetitivos cubren cualquier repetición de sonidos o palabras vocales y movimientos físicos.



Entonces, ¿cómo saben los padres cuando las conductas repetitivas de un niño son un problema?


Muchos expertos aconsejan que no todas las formas de comportamiento repetitivo causan preocupación, ya que todos los seres humanos tienen algún tipo de comportamiento repetitivo. Algunos ejemplos sencillos incluyen hacer clic repetidamente en un bolígrafo o dar vueltas constantemente al cabello.


Sin embargo, aunque los niños con discapacidades del desarrollo muestran comportamientos repetitivos, no siempre es así. La condición es más frecuente en los niños formalmente diagnosticados con TEA.


Los síntomas de conductas repetitivas en los niños son interminables, pero los padres pueden buscar las siguientes conductas comunes demostradas por los niños con autismo:


  • Comportamientos restringidos.

  • Caminando de un lado a otro en movimientos repetidos.

  • Aleteo de la mano.

  • Girando.

  • Mecer el cuerpo.

  • Golpear la cabeza contra una pared u otras superficies, y otras formas de comportamientos de auto-lesión.

  • Insistencia en la igualdad.

  • Incapacidad para aprender y adoptar comportamientos sociales apropiados.


Es importante señalar que el mero hecho de que un niño demuestre cualquiera de los síntomas antes mencionados no debe ser necesariamente motivo de preocupación. Se sabe que los niños muestran algunos de los comportamientos anteriores de forma lúdica. Por lo tanto, la clave aquí es que estos comportamientos se repiten regularmente.



¿Cuándo debería preocuparse por estas acciones o un comportamiento específico?


Los padres deben preocuparse cuando los comportamientos repetitivos se vuelven destructivos, compiten con la capacidad del niño para aprender, se convierten en una distracción, interfieren con las actividades diarias del niño o si los comportamientos del niño se vuelven problemáticos para los demás. Por ejemplo, si su hijo siempre está preocupado por ir de un lado a otro o por agitar las manos en lugar de prestar atención en clase, entonces ese comportamiento es problemático.



¿Qué hace que los comportamientos repetitivos sean un signo de autismo?


¿En qué punto podemos asociar las conductas repetitivas con el autismo? Como ya se ha mencionado, en sí mismas, las conductas repetitivas no indican necesariamente signos de autismo, ya que todo ser humano muestra algunos niveles de acciones repetitivas.


Sin embargo, cuando esas conductas comienzan a plantear problemas para el niño y las personas que lo rodean, hay un motivo de preocupación. Las conductas e intereses restringidos y repetitivos pueden formar algunos de los síntomas centrales de un niño con autismo. Incluyen intereses específicos circunscritos, sensibilidades sensoriales, comportamientos ritualistas y otras formas de acciones repetitivas.


¿Cuál es su relevancia en el trastorno del espectro autista? Diferentes tipos de investigación sobre el autismo han sugerido que la manipulación de objetos y los movimientos repetitivos están entre los primeros signos de autismo en los niños. Nuevas investigaciones han indicado que el sistema de recompensa del cerebro en el autismo puede estar sobre-activado debido a algunos intereses enfocados y comportamientos repetitivos.


Por el contrario, otras regiones del cerebro son simultáneamente subactivadas por los estímulos sociales. Algunos expertos también han sugerido que los comportamientos restrictivos y repetitivos en los niños ayudan a aliviar la ansiedad, pero no hay suficiente evidencia para apoyar esto.


Los movimientos repetitivos como el aleteo de las manos con una función cognitiva deficiente están presentes en personas de todo el espectro del autismo, en general. Además, los patrones de habla repetitiva son otra característica de los niños del espectro autista.


En lo que se conoce como ecolalia, un niño puede repetir palabras una y otra vez o incluso puede repetir frases previamente escuchadas. Tales frases pueden repetirse en el habla retardada después de unos pocos minutos, horas, días o incluso semanas de haber escuchado las palabras. En algunos casos, el habla puede retrasarse incluso meses después de escucharla, lo que se conoce como ecolalia retardada.


Además de los movimientos repetidos y la ecolalia, otras formas de comportamientos repetitivos incluyen fijaciones y obsesiones. Por ejemplo, un niño puede fijarse en una parte de un objeto que se mueve repetidamente, como en una rueda.


Como se mencionó anteriormente, muchos expertos han atribuido varias razones para esto, y algunos de ellos no tienen suficientes datos para apoyar algunas de sus afirmaciones, lo que hace difícil saber la razón con seguridad. Sin embargo, otras razones que se opusieron a tales fijaciones, obsesiones y conductas repetitivas son la ansiedad, el miedo y el estrés.


Es esencial que los padres averigüen estos comportamientos en sus hijos, ya que puede haber muchos otros desencadenantes. Por ejemplo, la causa de algunas acciones repetitivas puede atribuirse a una interrupción de alguna rutina. Esto se debe a que las rutinas pueden hacer que los niños con el trastorno del espectro autista se sientan seguros o a salvo.


Cualquier interrupción de su rutina puede actuar como un desencadenante. Además, cuando un niño no se siente bien, pero tiene dificultades para expresarlo o comunicarlo, su frustración también puede ser un desencadenante. Por lo tanto, todos los padres deben ser lo suficientemente observadores como para identificar la causa de cualquier factor estresante, ya que esto ayudará significativamente a reducir las conductas repetitivas y la ansiedad.



¿Cómo se pueden controlar las conductas repetitivas?


Cuando se trata de conductas repetitivas, el caso es diferente para cada niño, y se pueden aplicar algunos planes de tratamiento personalizados. Sin embargo, también puede probar medidas específicas para ayudar a controlar la situación.


En primer lugar, es vital intentar con la misma frecuencia para proporcionar a los niños con autismo una vida rutinaria en un entorno estable. Como se mencionó anteriormente, una interrupción en la rutina diaria puede desencadenar ansiedad y conductas repetitivas. En segundo lugar, la intervención temprana para el TEA debe centrarse en mejorar las habilidades sociales y de comunicación del niño.


Más allá de eso, los padres deben acomodar a los niños autistas de manera que les permita tener reglas únicas para la forma en que se deben hacer las cosas. Por ejemplo, al hacer espacio para la preferencia del niño por la igualdad, los padres deben proveer la misma comida cada noche.


Al hacerlo, los padres también deben asegurarse de seguir las secuencias precisas de acción a las que el niño está acostumbrado cuando se le sirve la cena o se le arropa para dormir. Como padre, debe tratar de hacer las cosas a la hora del día en que su hijo está en su mejor momento. Encuentre actividades o entornos en los que su hijo se sienta más cómodo. Por ejemplo, evite los lugares concurridos si se da cuenta de que desencadenan un comportamiento repetitivo.


En tercer lugar, intente ajustar sus expectativas en función del estado de ánimo del niño. Por ejemplo, intente reducir las exigencias que le hace a su hijo cuando regresa de la escuela, ya que sus niveles de energía pueden estar agotados. Déle al niño períodos prolongados para completar tareas específicas. Además, tómese el tiempo necesario para evaluar el estado de ánimo del niño y hacer planes. Por ejemplo, si observa que un niño tiene dificultades para sobrellevar la situación cuando está fuera, es mejor que vuelva a casa. Además, haga que las reglas sean lo suficientemente flexibles para su hijo. Si, por ejemplo, su hijo autista tiene dificultades para comer en la mesa con la familia o para pasar tiempo con la misma, intente excusarlo para que esté solo.


Además, intente modificar su entorno para limitar la exposición del niño a cosas que sobreestimulan sus sentidos tan a menudo como sea posible. Esto incluye evitar el uso de aparatos domésticos ruidosos cuando el niño está cerca o limitar su exposición a alimentos considerados problemáticos o sobreestimulantes.


Trate de vigilar a su hijo en todo momento, manteniéndose alerta y estando preparado para intervenir cuando sea necesario. Cuando controle los arrebatos y las crisis, puede intentar utilizar una atención verbal tranquilizadora para ayudar a reducir o desviar la atención del niño de la fuente de estrés.



Conclusión


En resumen, todavía hay muchas investigaciones en curso sobre el comportamiento repetitivo en individuos con autismo. Y aunque no todas las conductas repetitivas de los niños son motivo de preocupación, algunas conductas estereotipadas deberían indicar un problema. Puede que no haya un solo tratamiento para el comportamiento repetitivo en los niños, pero eso no es el final del camino.


Cada padre puede poner en práctica varias medidas para ayudar a controlar la condición.



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