POR JUAN FRANCISCO RODRÍGUEZ PÉREZ
Fuente: Autismo en vivo | 05/05/2021, Madrid, España
Fotografía: Pixabay
Todo narcisista perverso o similar se esconde mediante una fachada de yo grandioso que tiene como propósito esconder todas sus miserias para evitar sufrir el rechazo social por parte de la sociedad…
Introducción
A estas alturas, ya se sabe (O al menos, debería saberse), aunque de una forma vaga, que el narcisista perverso es alguien completamente maligno y patético. Las razones son más que evidentes. Son seres que envidian a todo el mundo porqué son vacíos y son un tipo de personalidad rígido y fijo en el cual, no puede (y ni quiere) cambiar.
Sin embargo, que nadie piense que ellos se van a mostrar tal y como son, exceptuando en los casos donde haya seguridad al hacerlo, como lo es por ejemplo un sitio sin ley (Los barrios marginales o las zonas secretas donde nadie sabe de ellos) o en un entorno donde, actuar tal y como es, no le va a traer ninguna consecuencia verdaderamente seria a su vida, como lo es por ejemplo en la casa de alguien al que ha devastado su autoestima.
Si se desea conocer al narcisista perverso, hay que conocer la forma en la que este se oculta ante los demás mediante la fachada de yo grandioso, lo que sería una máscara que muestra un personaje, pero que oculta todo lo que es en el fondo debido a su gran dependencia emocional hacia los demás. Y es ahí donde se va a adentrar este artículo.
La fachada de yo grandioso
La fachada de yo grandioso, también llamado como el falso yo grandioso, se trata de una máscara o disfraz que tiene como propósito ocultar su personalidad en base a aparentar lo que no es para así evitar el rechazo de los que le rodean.
Para ello, los narcisistas, para llevar a cabo su camuflaje, algo de lo que les hace delatar como seres camaleónicos, estudian a las personas que tienen a su alrededor para construir un personaje a la medida del entorno en el que están.
Hay que tener en cuenta que, dependiendo del depredador del que se habla, unos lo harán de una forma mucho más eficaz mientras que otros serán unos verdaderos torpes en el arte del camuflaje. Pero, sin el conocimiento adecuado para ello, todos, absolutamente todos, pueden pasar tan desapercibidos que, generalmente, hasta que es demasiado tarde, nadie se da cuenta de que una persona ha estado con un depredador emocional, lo que desatan verdaderas consecuencias en la psique de las víctimas que están al lado de alguien tan perverso.
Características de la fachada de yo grandioso
Todas, o casi todas las fachadas de yo grandioso que desatan todos los depredadores, incluyendo a los sociópatas y psicópatas integrados, se basan en una imagen pública de perfección absoluta en el que, por el simple hecho de ser perfectos, se merecen todos los derechos al verse como el ejemplo a seguir de la sociedad.
Lo que pasa es que, mientras que los narcisistas que son más somáticos (O los más deliberados y extrovertidos) lo hacen procurando que todo el mundo sepa sobre ellos mismos, los más encubiertos son, al contrario, los que suelen ocultarse a modo de ser muy buenas personas, pero que no les gusta ser el centro de atención dado que, a diferencia de los otros, normalmente son como más desconfiados hacia la sociedad que los más somáticos.
En cualquier caso, todas las máscaras o disfraces que ellos fabrican y producen son muy poco duraderas.
Duran muy poco porqué, al tratarse de algo que no es en realidad (Es decir, no son absolutamente perfectos y tampoco son tan grandiosos, sino que son todo lo contrario a lo que son), necesitan gastar energía para mantener dicha fachada, y… para mantener dicha fachada, necesitan de las reacciones emocionales tanto positivas como negativas de todo su entorno para poder sostener esa falsa grandiosidad de la que aparentan.
Evidentemente, al principio van a requerir de las reacciones emocionales positivas para dar grandes impresiones a todo su entorno para así mantener, mediante manipulaciones y engaños, ese disfraz del que tanto esfuerzo han requerido para así poder estar en sociedad, dado que saben que, si esa máscara se rompe, se enfrentarían a unas consecuencias verdaderamente graves como para marcarles de por vida, siendo lo más especial el hecho de tener unas vidas tortuosas y amargas en la cárcel, pudiendo, en algunos casos, llegar al extremo de tener unas condenas tan grandes que, igual, y… muy rara vez, llegarían a ver la luz del sol debido al nivel de malignidad que hay en ellos.
Sin embargo, va a haber de un momento en el cual, el narcisista perverso, como él, desde un punto de vista inconsciente, no siente que ellos aman a él mismo como persona, sino que aman a la fachada de yo grandioso que ellos han fabricado y/o construido, se va a aburrir…
Se va a aburrir de las reacciones emocionales positivas que le llegan debido a que él es incapaz de percibirlas para así mismo. No debemos olvidar que, el narcisista, en todas sus variantes, es incapaz de sentir emociones y sentimientos por cuestiones de que su parte límbica dentro del cerebro… o bien está deforme, o bien lo tiene tan pequeño que no puede percibir las mismas emociones.
Para colmo, y… debido a esa incapacidad de sentir los sentimientos de los demás, su nivel de frustración llega a niveles en el cual, va a considerar a todo el entorno como los culpables de que él lo sufra, dándose el “derecho” de estar maltratando al prójimo para poder compensar esa frustración con un entusiasmo perverso que le hace estar en una posición de poder y control sobre los demás.
La maldad hace romper la fachada de yo grandioso
A partir de que este se aburra, sea por lo que sea, va a mostrar su verdadera personalidad, al principio a una persona. Luego, si la otra persona está tan agotada que no la puede explotar, lo hará con otra, y luego con otra, con otra, y con otra… y así hasta que él piense que no puede sacar más del entorno donde está, yéndose donde él considere oportuno para estar ahí.
En respecto a marcharse de un entorno u otro es algo muy habitual en los depredadores emocionales. Esto es así ya que, ellos, como son emocionalmente inestables, no son capaces de estar en el mismo sitio, haciendo que estos seres perversos, para evitar caer en la psicosis que luego los puede conducir a la locura extrema, y… por ende, al suicidio, normalmente suelen tener más de un entorno ya que ellos son adictos al entusiasmo ya que ello implica adrenalina, y… como sus necesidades se basan en tener siempre la sensación de estar con lo más nuevo dado que se aburren en extremo, no es nada extraño que estos seres malignos se muevan de un lado para otro sin que se den cuenta porqué, además de que no saben estar en soledad de forma tranquila y feliz, no son capaces de mantenerse en el mismo sitio debido a su naturaleza impulsiva y alocada.
Así pues, otro elemento a tener en consideración es que, hasta los mismos narcisistas que están fabricando estas máscaras o disfraces de manera plástica y falsa, se cansan de mantenerla todo el rato excepto si las reacciones emocionales que tiene a su disposición son lo bastante extremas como para poder mantener esa fachada de yo grandioso que tienen por un periodo de tiempo muy largo, y… aun así, nada es permanente cuando las cosas se hacen mediante las mentiras y las manipulaciones.
Ante esto, no son pocas las personas las que, pasado un tiempo, incluso sin haber sido las víctimas principales de estos depredadores, se alejan de ellos en cuanto se dan cuenta de la estafa emocional a la que han sido sometidos, huyendo, y… con razón, mediante un terror del que, a veces, los marca de por vida al ver un nivel de malignidad cuyo nivel de insensibilidad los deja como secuelas del abuso.
Las diferencias entre la imagen pública y la fachada de yo grandioso del narcisista
Como es evidente, todas las personas, hasta los propios autistas, tenemos una cierta imagen pública de la que presentamos ante los demás para que no lleguen a saber los elementos más íntimos que uno pueda tener, siendo alguno de ellos bastante desagradables, lo cual, si uno supiera todo sobre nosotros mismos, evidentemente la sensación de sentirse emocional y psicológicamente desnudo por los demás sería muy vergonzoso. ¡Hasta yo mismo no saco mis miserias en público dado que se de sobra las consecuencias que trae todo eso!
Sin embargo, la principal diferencia entre una persona normal y un narcisista, es que la persona normal, si tiene una imagen pública, generalmente no va a requerir de mucho esfuerzo dado que le sale por naturaleza esa misma imagen pública, aunque las primeras impresiones no sean las mejores.
En cambio, en las personas tóxicas y en los narcisistas perversos, todos ellos necesitan esforzarse denotadamente en la imagen pública dado que el vacío emocional que tienen es lo bastante grande como para que la gente se eche de encima.
Y, como es lógico, una persona tóxica, si tiene una imagen de grandiosidad, lo haría mediante la prepotencia y la arrogancia como mecanismos de defensa para evitar que ellos vean el ser asqueroso que es en el fondo… pero no necesariamente la persona tóxica se dedica a instrumentalizar de una forma sistemática e intencionada a los demás, cosa de la que, el narcisista, siempre lo hace debido a su gran sentido del derecho.
Evidentemente, esto no quiere decir, por mucho que las personas no den importancia a la imagen pública, que tengan que descuidarla por completo ya que las primeras impresiones, en especial las que se tienen en los 20 primeros segundos, son las que marcan los juicios de valor de una forma prematura. Es decir…
Si yo me topo con alguien que se dedica a llorar todo el rato, aunque luego detrás de ello haya una historia de terror que la ha marcado de por vida, a menos que mi intención sea tratar a víctimas de abuso emocional, a mí me daría mucha desconfianza dado que la energía negativa que tiene esa persona, me echaría para atrás. Y lo mismo digo si me topo con alguien que, a los 20 primeros segundos, lo primero que él habla es sobre suicidarse. Daría mucho repelús a los demás.
No obstante, si veo que una persona da buen rollo y es capaz de mostrar felicidad en ese tiempo, aunque luego esa persona tenga una historia de horror de la que aún tiene que superar, yo sinceramente prefiero estar con esa persona dado que sé que ella tiene la suficiente fortaleza como para tratar sus problemas personales. Algo de lo que, evidentemente, si veo que se trata de alguien que me agrada o me gusta, hasta cierto punto puedo asumir ese pasado oscuro, pero no por ello tengo que cargar con todo el peso de sus lamentaciones y tristeza, siendo esto de una forma bastante sana y objetiva, hecho está.
La imagen pública no revela siempre a un narcisista
Como es obvio, es extremadamente complicado detectar a los 20 primeros segundos a un narcisista perverso de entrada dado que existen muchos factores que determinan a alguien por ello, y… los narcisistas, como han estudiado desde siempre la mente humana, siendo algunos más torpes que otros, saben que, si los 20 segundos no funcionan, harán otro intento, y si no lo hacen, harán otro hasta conseguir su objetivo de impresionarla para que lo trate como un objeto de deseo del que es adicto la otra persona, porqué…
Como ellos no perciben a las personas como tales, sino que las ven como objetos, ellos tienen en mente convertirse en objetos de deseo a modo de dioses en el que su único propósito es que los demás le canten todas las alabanzas y canciones que les marque como seres divinos para así evitar que los demás puedan sospechar de su naturaleza abusiva.
Pero, no por ello, y por mucho que los TEAs que han sido abusados les cueste diferenciar a la gente normal de los otros depredadores, una imagen pública debe implicar hipocresía o falsedad, porqué si alguno piensa así, el problema no es tanto la imagen pública de los demás, sino, en este caso, de los mismos TEAs quienes, en base a su fobia social, piensan que la imagen implica cosas malas cuando ellos, en su afán de compensar esa gran impotencia e infelicidad que tienen en base a los abusos sufridos, se hacen pasar por los seres más sinceros y grandiosos del universo cuando, realmente, no son tan distintos de la gente tóxica o narcisista que emplea la imagen pública para fines malignos.
En conclusión
Las personas que necesitan engañar, muy rara vez van a tener la conciencia tranquila. Es casi imposible de que tengan la conciencia tranquila dado que saben que ellos hacen el mal, pero que, por cuestiones de egolatría u otros factores, piensan que no les van a pillar, dándose, normalmente, una bofetada lo bastante grande como para hacerles ver que lo falso, se paga con puñaladas mientras que la sinceridad se paga con buenos tratos, lealtad y compañerismo.
Así pues, nunca deben seguir los pasos de estos depredadores porqué, probablemente, se metan en unos líos mucho peores de los que se imaginan o alucinan… hablo de esto porqué, con el tiempo, al falso se le descubre mucho más fácilmente que al torpe o al ciego. De hecho, la gente va a ver con mucha más claridad al falso que al autista humilde y sincero debido a que el falso refleja rechazo e inseguridad, y nadie quiere estar al lado de alguien que no hace otra cosa que no sea cambiar su personaje para camuflarse de forma camaleónica para así pasar desapercibidos por los demás.
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