POR GABRIEL MARIA PÉREZ
Fuente: Univers Àgatha | 28/04/2024
Fotografía: Pixabay
Me preguntan muchas veces de dónde saco tiempo para publicar algún libro, para cantarle cancioncitas a mi hija Àgatha con autismo severo, para escribir estos artículos, para... etc.
Sinceramente, ni yo mismo lo sé. Creo que es una manera de evitar quedarme repantingado en el sofá babeando o viendo la tele, que a veces, no está tan mal, pero, no sé, los artículos me sirven para que algunos puedan llegar a entender de alguna manera lo que significa el trastorno del autismo y sus consecuencias, la poesía es una extensión de mis sentimientos, la música me amansa a mí, como animal que soy y a mi tesorito azul Àgatha, nada de animal, pero sí con una inocencia inmensamente pura, delicada y suprema.
También me preguntan tantas veces cómo hago para llevar una sonrisa conmigo, y siempre respondo que qué es preferible, que transmitas una tristeza, cansancio o pesimismo, o bien, esa sonrisa, esa bromita, ese no querer que tu entorno pueda apercibir tu probable agotamiento físico y mental.
Creo que en este mundo tan complicado que vivimos estamos para ayudarnos de una manera u otra, y no para machacar a los demás con nuestros pensamientos más negativos. ¡Qué mejor manera que generar alguna sonrisa a quien te rodea!
Hace ya varios años yo podía estar más abatido, pero hace ya también varios años decidí intentar mostrar mi vertiente más positiva, no en vano transmitía una imagen de mi persona que no solo no era la adecuada, sino que además, en absoluto, la de mi verdadera personalidad.
Por lo tanto, pese a los varapalos sufridos, a la lucha diaria con mi hija con autismo, a la lucha con el resto de asperezas cotidianas que nos rodean, intentemos mostrar la mayor de nuestras sonrisas a los que nos rodean.
Y pues, Àgatha, ¿a qué viene ahora esta carcajada?
Me das (nos das) las bases para un tratado AUTISMO-ALTRUÍSMO, algo que seguramente no se ha hecho, pero sin duda ya trasluce aquí. "Lado positivo". O cuando la adversidad nos hace mejores.