POR IÑIGO ZABALLA
Fuente: Autismo en vivo | 24/10/2021
Fotografía: Pixabay
Este mes de octubre no está siendo mi mejor mes que digamos, la verdad, los he tenido mejores.
Después del lío de revisión de cajoneras en mi empresa, ahora me toca despegar las cintas adhesivas del suelo en las plantas de la 1 a la 13, que encima aún me queda un puñado de sitios que no he podido patearme porque la gente está con los auriculares en plena reunión y nunca es buena idea molestar, aunque a ver si se enteran de que yo no tengo la culpa de que estén siempre con lío y encima, porque la situación mejore, tengamos que despegar toda la cinta aislante, pero es que mi compañera de nombre Marina es también una borde de narices que ya me empieza a sacar de quicio y de la que no pienso ser amigo en los días de mi más miserable vida. Los miércoles no sé yo si es el día más tranquilo para finiquitar trabajos como ése, porque siempre hay algún que otro individuo trabajando si éste decide venir todos los días porque nunca se sabe. Lo que está claro es que los miércoles son el peor día de la semana porque, además de que la oficina parece un cementerio, por las tardes tengo las reuniones de mi retiro religioso cuando antes eran los jueves, pero nos lo tuvieron que cambiar porque nuestro hueco lo ocupó una gente que a saber dónde estarán ahora. Lo que sí tengo claro es que cuanto sirva en mi próximo retiro de noviembre voy a dejar de ir a las reuniones hasta el 2022. Hace dos findes tuve el peor finde de mi vida porque los planes que hice fueron una bazofia y me perdí una final de España que podía haber visto por televisión española, a veces es posible que el fútbol no me importe demasiado, pero quiero demostrar que no es así, por eso a partir de ahora voy a ver más partidos. El pasado día 13 me llegó la factura del wifi y, la verdad, cuando llega esa factura tiemblo; más se me juntaron dos recibos de agua, cuando uno, mi casero, no me lo pasó en su día. Para colmo este mes aún tengo que llevar el coche a la ITV, suerte que pude reservar el día 28 por la tarde y que es justo el día que cobro. La verdad para mí, este mes de octubre está siendo un completo infierno y no sé cuánto más resistiré, porque entre otros gastos, me tuve que pedir un Cabify de urgencia el pasado 2 de octubre porque si no me era imposible llegar a tiempo a Alcobendas a ver 007, pero es que igual debí haber dicho que me era imposible acudir a la reunión familiar que hubo aquel día de lo cual me arrepiento; pero es que no es buena idea quedar con amigos los días de reuniones familiares, o al revés, según como lo vea cada uno. Este mes de octubre son todo llamas del infierno, oscuridad y quién sabe qué más. No sé lo que me deparará el mes de noviembre, pero espero que sea mejor que este mes de mierda que estoy teniendo; la verdad, se me hace eterno el mes y no parece que se acabe. Pero, sobre todo, esperemos que en noviembre el ambiente en mi oficina sea de otra manera; pero es que ya les vale que nos mandaran a toda pastilla a casa por culpa de la emergencia por el COVID y que luego nadie haya querido volver aún, pero sinceramente no estoy acostumbrado a cambios y hubiese prefiero mantener las cintas adhesivas pegadas al suelo. Crucemos los dedos para que noviembre sea más fresco que una lechuga, pero ya el mes de octubre está más muerto que un campo de concentración de judíos.
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