POR KRISTIN SAINANI
Fuente: Spectrum | 01/02/2022
Fotografía: Autism Spectrum
Un estudio ayuda a comprender cómo afecta el tiempo de pantalla a las posibilidades de que un niño tenga autismo
Un estudio publicado ayer en JAMA Pediatrics suscitó titulares como "Los bebés que ven la televisión al menos dos horas al día tienen 3,5 veces más probabilidades de ser diagnosticados de autismo a los tres años, según un estudio". Spectrum preguntó a la experta en estadística Kristin Sainani, profesora asociada de epidemiología y salud de la población en la Universidad de Stanford (California), por su opinión.
Los titulares de esta semana recogen un nuevo estudio que sugiere que los niños de un año, pero no las niñas, que pasan de dos a cuatro horas al día viendo la televisión tienen más posibilidades de ser diagnosticados de autismo a los tres años. ¿Qué pueden extraer los investigadores del estudio?
El objetivo del estudio era comprender cómo afecta el tiempo de pantalla a las posibilidades de que un niño tenga autismo. Para responder a esa pregunta, reclutaron a un gran número de participantes: más de 84.000 mujeres, de 15 centros de salud regionales de todo Japón. Cada mujer estuvo embarazada entre enero de 2011 y marzo de 2014. Cuando los niños de esos embarazos tenían un año de edad, las mujeres respondieron a una pregunta de encuesta de opción múltiple: ¿Cuántas horas pasa su hijo, al día, viendo la televisión o los DVD? Las opciones de respuesta iban de cero a más de cuatro horas. La mayoría de las mujeres dijeron que su hijo veía menos de dos horas al día.
Las mujeres volvieron a responder a la pregunta de la encuesta cuando su hijo cumplió 3 años, y también informaron de si el niño había sido diagnosticado de autismo "por un médico desde los 2 años hasta ahora", según el estudio. Este tipo de encuestas son intrínsecamente problemáticas porque pueden introducir un sesgo. Una mujer que no informa de que su hijo ve la televisión porque es socialmente inaceptable puede ser también menos propensa a informar de un diagnóstico de autismo.
En el estudio, sólo 330 de 84.030 mujeres dijeron que su hijo había sido diagnosticado de autismo a los 3 años, lo que supone una prevalencia de aproximadamente el 0,4%. Había tres veces más niños autistas que niñas autistas, y la proporción de niños con autismo aumentaba a medida que aumentaba el tiempo de exposición a la pantalla, según el estudio.
Pero es probable que los hogares en los que los niños de un año ven poco o nada de televisión difieran de aquellos en los que los bebés ven más de dos horas al día.
Los resultados también son difíciles de evaluar porque el estudio carece de información detallada sobre las variables que se correlacionan con el hecho de que los bebés vean la televisión. La edad, las actitudes de los padres y el hecho de que el niño tenga o no un televisor en su habitación son factores que predicen positivamente el tiempo frente a la pantalla, según un artículo de 2012. En el nuevo estudio, estos factores no se midieron o sólo se tuvieron en cuenta de forma aproximada.
Los investigadores sí controlaron la edad materna y el nivel socioeconómico, pero sólo de forma binaria. Por ejemplo, las mujeres se agruparon si eran mayores o menores de 19 años, y los hogares se agruparon igualmente si estaban por encima o por debajo del umbral de pobreza.
Una mejor manera de ajustar la edad y el estatus socioeconómico de cada madre habría sido, en cambio, utilizar una gradación de valores más amplia y matizada. Los resultados del nuevo documento también pueden entrar en conflicto con trabajos anteriores; pasar mucho tiempo viendo la televisión no tiene relación con las habilidades lingüísticas o visomotoras a los 3 años, según un estudio de 2009 en Pediatrics. En ese trabajo de hace más de una década, los autores controlaron los ingresos del hogar y la educación de la madre, y descubrieron que ambos estaban relacionados de forma independiente con la cantidad de tiempo que los niños pasan viendo la televisión.
Todo esto equivale a decir que, sin un ajuste adecuado de los factores de confusión, es difícil evaluar cualquier relación entre ver la televisión en los niños y el autismo.
Cite este artículo: https://doi.org/10.53053/TBEO7836
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