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Vengarse del narcisista II




POR JUAN FRANCISCO RODRÍGUEZ PÉREZ

Fuente: Autismo en vivo / 02/02/2021, Madrid, España

Fotografía: Pixabay



Las consecuencias de querer vengarse de alguien cuyo perfil base es el conflicto y el drama, puede costar muy caro al TEA que ha sido abusado, especialmente cuando, una vez iniciada dicha venganza, se topa en un mismo callejón sin salida…


Venganza nº1: decir al abusador que es un maltratador y reclamar su conducta abusiva


En este caso, la víctima del abuso emocional ha visto la verdadera naturaleza de la otra persona, de la cual ahora es su agresor. Una persona verdaderamente maligna en el cual, disfruta destruyendo al prójimo en el buen sentido de que tiene una conducta verdaderamente sádica, considerando justicia la destrucción de la misma víctima por cuestiones de su envidia patológica.


La víctima, por supuesto, no se quedará de brazos cruzados y le gritará y le chillará todo el abuso que este ha recibido como una forma de llevar a cabo justicia debido a su atentado a su propia vida.


Bueno… aquí la respuesta por parte de la otra persona es más que evidente.


Lo negará todo, todo. No solo lo negará, sino que procurará tergiversar el tema para acusar a la otra persona de lo que es el mismo maltratador, para así procurar hacerse la víctima de la víctima. Ellos no solo consideran como un delito del que se castiga a modo de pena capital que cualquiera les reclame su conducta abusiva, hará lo imposible en reafirmar tanto a la víctima como a los demás que él es superior, y que el otro, junto a los otros testigos, son inferiores, desatando una furia maligna fuera de control y de límites que tienen como propósito causar una destrucción emocional mucho más potente que la anterior. Por muy doloroso e incómodo que pueda resultar esto, necesita reafirmar su superioridad absoluta a modo de tener las tres virtudes de Dios (Que son la omnipotencia, la omnisciencia y la omnipresencia) ya que es un ser que vive de la imagen pública, vive de las opiniones ajenas y vive de la aprobación de los demás, siendo esto una clara demostración de que él, a nivel personal, se odia en extremo, desatando todo su odio hacia la víctima para así poder de una forma poder desahogarse de todas las miserias que ellos mismos tienen como una forma de proyectar sus miserias en la otra persona.



Venganza nº2: decir a las otras personas de su entorno lo abusivo que es la otra persona


En este escenario, la misma víctima, siendo testigo de la conducta abusiva, para evitar que las otras personas se topen con él o ella, va a procurar decir a las otras personas lo abusivo que es la otra persona.


En este caso, la situación varía según la reputación del depredador en ese entorno, pese a que también influya la influencia que tiene él a nivel social.


Si las otras personas están al lado del depredador, la víctima saldrá invalidada y juzgada por esas otras personas, dando la razón al vampiro emocional y… por ende, extendiendo sus traumas y dolores relacionados con el abusador.


En cambio, si tiene la gran suerte de que varias personas están en contra del abusador, pero la víctima, da con el clavo de decirlo en el momento, lo que va a surgir es que, entre todo el entorno, van a producirse bandos, siendo uno el de la misma víctima y otro el del abusador.


El maltratador, si se da cuenta de ello, especialmente cuando los rumores en contra suya se han esparcido, este no se detendrá ante los hechos de la víctima. Al revés, va a esforzarse en extremo en querer destruir a la otra persona, pero no sin antes procurar destruir al otro bando, sea de la forma que sea.


Poner a prueba a un maltratador es como ponerse una soga en el cuello, y… créanme, no se detendrán ante nada hasta conseguir su objetivo, y lo harán, aunque tengan que sacrificar a algunos de sus supuestos amigos para ver a la víctima devastada, destruida y humillada. Pues eso es para el depredador un alimento del que precisa todos los días, y él, por muy abusivo que sea, lo hace por el mero propósito de que lo considera como una auténtica cuestión de supervivencia. Por ese mismo motivo, perder implica una humillación de carácter imperdonable en el que él asesta una furia infinita de la que no descansará hasta verificar a todo su entorno que él es el culpable de todo esto para así luego revictimizarse y así poder obtener y recuperar el poder que le pertenece.


El placer que le ocasiona recuperar su poder y su control sobre los demás es extremo, especialmente con la devastación que este ha causado en su víctima. Adicionalmente, si su víctima se entera de que se ha suicidado o de que se va a suicidar, su placer será mucho mayor, pudiendo durar desde días hasta semanas, meses o incluso años. Esto es especialmente notable si la misma víctima se suicida de verdad, dándole la sensación de que todo ha estado según sus planes. Por supuesto, esa sensación de vacío volverá a surgir en cuanto él mismo se tope con otra amenaza… pero, al menos, el depredador emocional si ha conseguido vengarse en base a la destrucción definitiva de la otra persona, algo de lo que le satisface en extremo.



Venganza nº3: exponer públicamente al abusador su conducta abusiva


En este caso, la víctima, con o sin pruebas de lo sucedido, hará lo imposible para que toda la humanidad sepa de lo sucedido. No puede estar quieto, necesita hacerlo ver a todos para que estén en contra de la personalidad abusiva que tanto ha devastado su integridad y dignidad y así ponerse en contra de la otra persona.


El cómo se resuelve esta venganza depende por completo de muchos factores, como lo es por ejemplo la reputación de la misma víctima. Es decir, no es igual estar en un entorno donde la víctima tiene a su entorno a su favor, que uno en el que está en su contra.


Si el entorno de la víctima está en su contra, lo que pasará es que todo ese entorno, si fue avisado anteriormente de ser inestable, loco, paranoico, celoso, etc., lo más seguro es que la misma víctima sea reprochada por todo ese entorno, especialmente si ha habido un esfuerzo demasiado persistente por parte del maltratador y de sus marionetas para asegurarse su completa destrucción.


En cambio, si el entorno de la víctima está a su favor, y… el entorno consigue expulsar al depredador del entorno de la víctima, no piensen que esa persona se va a quedar de brazos cruzados. Al revés, hará lo que haga falta para cumplir su venganza ya que ellos consideran un derecho destruir a la otra persona al creer que el mundo les pertenece a ellos, ellos son tan superiores a toda la humanidad que se ven como dioses que tienen todas las virtudes de Dios a su disposición, y… por lo tanto, para ellos es una cuestión de “justicia” el destruir a la otra persona al haber tenido su ego completamente destruido. Y crean que ellos, si tienen que invertir años en desatar la venganza más maligna para que, de repente, todo su entorno se ponga en su contra, tengan por seguro que lo harán.


No se debe olvidar que, para los narcisistas perversos y los psicópatas integrados, el tener un ego muy hinchado y enfermizo es una cuestión de supervivencia, ya que ellos solo tienen ego. Solo tienen ego porque no tienen personalidad, emociones ni sentimientos, y… al carecer por completo de sustancia, no pueden permitirse el lujo de que los demás sepan su verdadero rostro.


Para ellos, la destrucción del prójimo les es para tanto que, el no hacerlo les implica verse a sí mismos, y… si se ven a sí mismos por lo que son, su frustración puede llegar al punto, en los casos más extremos, de tener unos pensamientos verdaderamente peligrosos que puede poner en peligro tanto a la víctima como a las otras personas que le rodean. Su imagen pública es una cuestión de supervivencia, su egolatría enfermiza es una cuestión de supervivencia, el ser objetivamente considerado como un dios por toda la sociedad es una cuestión de supervivencia.


No solo van a planificar, con todo su potencial, la humillación más devastadora y destructiva hacia la víctima, sino que, si lo precisa, va a llevar a cabo la creación de bandos para que estén en contra de la otra persona, pudiendo llegar a recurrir de ayuda del exterior, aunque no tengan nada que ver con el tema, para actuar de forma implacable, violenta y despiadada contra la víctima.


Tan tremendamente vengativos son estos mismos depredadores que harán lo que tengan que hacer, incluso si tienen que saltarse la ley para obtener las reacciones emocionales de los demás, lo harán. Pues para ellos, la ley, la ética y la moral no forma parte de ellos. Solo lo usan para evitar ser descubiertos por los demás, pero ellos en el fondo lo desprecian al extremo dada su supuesta condición de ser un dios omnipotente. Pero esto no significa que no lo puedan usar a su favor, y… créanme, pueden ser verdaderamente destructivos también con esos temas, llegando a incitar un odio tan automático hacia la víctima que, su destrucción por los años y, en algunos casos, décadas de dedicación enfermiza e insana de querer destruir a la otra persona al estar envuelto en una furia extremadamente peligrosa y violenta, dan frutos. Y dan frutos porqué, para ellos, lo único que les importa es la destrucción de la otra persona, algo de lo que para nada se van a detener hasta conseguir la destrucción de esa otra persona. Cuando lo hagan, especialmente cuando todo el mundo toma a la víctima de ser una verdadera tramposa y manipuladora, su satisfacción y entusiasmo por ese escenario le permitirá poder sostenerse psíquicamente por muchísimo tiempo; tanto lo harán que incluso ellos, a nivel personal, tratarán de reafirmarlo las veces que hagan falta para así poder tener el poder y el control de la situación para así poder sentirse como un dios del que desafiarlo implica ser castigado mediante la pena capital.



Venganza nº4: usar a un tercero para destruir a la otra persona


Este es un escenario del que puede resultar bastante tóxico, pero que algunas víctimas, para querer vengarse de la otra persona, si ven que es demasiado fuerte o poderoso para plantar cara hacia él, especialmente si ese depredador es el jefe de una banda o grupo social de cualquier tipo, requieren de alguien que puedan plantarle cara.


Aquí el resultado depende por completo de cómo es la otra persona para poder llevar a cabo su venganza.


Si la persona en cuestión es empática, pero no entiende del tema, lo más seguro es que la descarte inmediatamente al considerar a la víctima como una obsesiva del tema, teniendo sus sentimientos completamente invalidados y juzgados por la otra persona.


Si la persona en cuestión es empática, pero entiende del tema, al principio estará de su lado, en especial si la víctima presenta pruebas sobre ello. Sin embargo, si la víctima, de la impotencia que él ha tenido, insiste una y otra vez a la otra persona, esa otra persona se dará cuenta de su obsesión por la venganza, dejándola de lado, aún a sabiendas de la verdadera naturaleza del depredador.


Pero aquí viene el elemento más peligroso de todos, y es que… supongamos que la víctima se topa con alguien que está en contra del depredador, y… esa misma persona, está más que dispuesta a destruir a la otra persona, sean por las razones que sean. Puede ser posible, al menos desde ese caso, que la otra persona haga caso a la víctima y que, por ello, puede decidir, lo que este sabe de la víctima, querer destruir al depredador por cuentas que tiene esa otra persona con el mismo maltratador. Esto es especialmente importante si la víctima, pero no la otra persona, tiene datos que a la otra persona le interesa. Si esto es así, la otra persona, completamente dispuesta a destruir al depredador, lo hará, y lo hará en el momento que él precise adecuado.


Ahora, ¿es posible que la víctima, si se entera de lo sucedido, sienta recompensado su ego?

Por supuesto que sí, en especial si los sentimientos negativos producidos por el depredador emocional están ahora en él. Pero la víctima, inconscientemente, y cegada por la venganza, está en un grave problema en el cual, se verá con el tiempo.


¿Y cuál es ese problema?

Lo primero es que la víctima, si se ha vengado de su depredador a través de la otra persona, sus sentimientos de impotencia e indignación se multiplican al usar a la otra persona de hacerlo, lo que hace que su valor como persona sea mucho menor, aunque haya tenido su fresquito de alivio y satisfacción.


Lo segundo a tener en consideración es que la víctima, muy probablemente, se ha topado con alguien caracterizado por ser agresivo y destructivo al considerar el mundo como uno hostil del que todo hay que arreglarlo mediante la violencia. Además, esa persona tiene sus propios intereses, y… aunque bien es cierto que la información otorgada por la víctima del narcisista le ha servido para poder destruir a la otra persona, esto no implica que la otra persona piense realmente en la víctima. Le ha servido muy bien la presencia de la víctima para poder buscar un punto flaco donde dejar mal al completo al vampiro, pero de ahí a pensar en la otra persona es algo completamente diferente.


Lo tercero a tener en consideración es que, los problemas de la víctima del abuso emocional son más y peores. Son más porqué, al estar al lado de una persona que está en contra del depredador emocional, pueden surgirle otros problemas, como un daño serio a su reputación o cosas mucho peores de las que la misma víctima lo hará. Y son peores porqué, las heridas narcisistas del mismo depredador emocional son demasiado elevadas y grandes como para ponerse a descansar.


Esto hará que, la víctima, tan solo por colmar su venganza, que se tope con obstáculos mucho más severos y serios de lo habitual. Tan severos y serios son esos problemas que, incluso, con el tiempo, le pueden acarrear consecuencias que le pueden afectar de por vida.


Adicionalmente, si la otra persona es un depredador emocional, se puede jugar a tener más de una relación de abuso, lo que hace que sus traumas se eleven a la máxima potencia.



Venganza nº5: asaltar al narcisista con los amigos de la víctima


Este es un escenario del que solo se puede aplicar cuando la víctima es capaz de reunir a gente que se ha visto indignada por el depredador, y… deciden todos ellos querer rendir cuentas con el mismo depredador.


En este caso, hay que tener en cuenta una cosa, y es que los depredadores emocionales, aunque bien es cierto que son muy irascibles y agresivos, junto a una necesidad de destruir al prójimo por su envidia patológica, esto no quiere decir que ellos sean tan ciegos ni estúpidos de ver que, si la víctima se ha hecho con un grupo en el cual, enfrentarse al grupo por sí solo les trae muchos perjuicios, tengan por seguro de que huirán. Huirán, huirán… huirán incluso si eso les causa una herida emocional en base a que su imagen de ser un dios se quebraja por demostraciones de su cobardía natural.


Ahora bien, si el narcisista de turno consigue huir de un enfrentamiento con todo el grupo de la víctima, no esperen a que él se quede de brazos cruzados, para nada. Al revés, va a trazar una venganza para, primero, tratar de dividir al grupo de la víctima para que, entre ellos, se enfrenten, pudiendo, si fuera el caso, dar el golpe de gracia a la víctima para así hacer ver su superioridad de las cosas. Con todo esto, no solo el narcisista tiene que esforzarse en base a los rumores que este ha generado a través de los demás… también ha causado que la imagen pública de la víctima esté por las nubes.


Pero, supongamos que el grupo entero de la víctima pilla al narcisista en un momento donde este menos se lo espere, y que luego encima, si fuera el caso, que este no pueda huir, pudiendo entre todos ellos poder vengarse del narcisista patológico…


Ante esto, las consecuencias que se desatan tanto a la misma víctima como a todo su grupo son devastadoras. Desde ese momento, son considerados como enemigos a los que hay que destruir. Como los narcisistas, en el 99’9% de los casos suelen tener contactos que lo suelen tratar como a un dios, si lo ve necesario, es incluso posible que él quiera vengarse de la otra persona desatando un asalto similar al grupo de la propia víctima, siendo muy probablemente con un grupo similar, pero que sea más violento y potente que el de la víctima, o bien que lo supere en número para así intimidarlo con la fuerza del número.


Créanme, que una humillación a gran escala, pero afectando a todo el grupo, puede ser una de las peores experiencias que se pueden tener en vida, especialmente cuando, si lo creen oportuno, pueden llevar a cabo el uso de la violencia física al tratarse de seres conflictivos y violentos por naturaleza, algo de lo que no dudarán en hacerlo si el usarlo les es viable.


Adicionalmente, pueden incluso llegar a usar a las autoridades a su favor para así arrestar a todos ellos con el propósito de encarcelar a todos ellos en prisión. Y créanme que un depredador emocional puede insistir e insistir mediante juegos de manipulación a los tribunales y a toda la justicia para conseguirlo, en especial si la asesoría legal no es lo suficientemente eficaz como para desconocer la verdadera naturaleza de estos perversos.



Venganza nº6: sabotear la vida del narcisista

Aunque los dos anteriores son indudablemente unas venganzas megatóxicas, esta es la más tóxica de todos. Ya no es que quiera reclamar en la otra persona su conducta abusiva. Ya no es que quiera exponer públicamente a los demás sobre su conducta abusiva. Su odio hacia el maltratador es tan grande que, puede llegar al punto de querer destruir la vida del narcisista, sea como sea.


Para dar un ejemplo, supongamos que el narcisista de turno tiene un coche de última generación caracterizado por ser el más veloz y potente de todo el planeta y la víctima, en un momento donde el narcisista no está presente, decide sabotear su coche, ya sea pinchando las ruedas de él o poner un elemento que le haga meter en problemas serios como meterle un objeto robado para que tachen a él de ladrón y no a la víctima, causándole problemas legales. También puede darse como caso en el cual, la víctima está completamente pendiente de lo que hace el maltratador para que, al mínimo error que cometa, causar que todos los que están a su alrededor lo miren mal sin que la otra persona lo sepa…


Puede que la víctima, desde ese caso, si los daños que este hace a su agresor son muy severos, es incluso posible que llegue a desatar su venganza hasta el punto de que la otra persona salga completamente humillada y devastada. Sin embargo, seamos sinceros…


El narcisista, en el caso de que ha quedado en ridículo ante los demás, no se va a detener ante nada; va a buscar la justicia que tanto ansía, sea de la forma que sea… y créanme, esta es una consecuencia de la que, depende por completo del perfil del agresor. ¿Y por qué depende del perfil del agresor?


Pues porqué si el agresor es un narcisista perverso, es posible que este trace una venganza en relación a usar a la gente, junto a las mismas leyes y a las autoridades, para poner, si a la víctima le caen de uno a dos años de prisión, hacer que este le caigan muchos más años. En cambio, si la persona a la que devasta por completo es a un psicópata integrado, el mismo psicópata puede llegar a causar daños físicos en la otra persona hasta el punto de llegar a matarla. Y si se trata de un psicópata criminal, créanme que nada… absolutamente nada, va a calmar la ira insaciable del mismo depredador emocional.


En ambos casos, el maltratador, tarde o temprano, se dará cuenta de que todo lo que le está pasando, pero todo, ha sido causado por la misma víctima a la que maltrató y abusó físicamente, y… si eso es así, su instinto depredador no se detendrá ante nada hasta conseguir su objetivo de acabar con la otra persona. Puede que la persona tarde uno o dos años, puede que tarde cinco… o puede que incluso diez, en darse cuenta de la realidad de todas las “desgracias” que le han pasado. Pero háganme caso, se dará cuenta.


Y la víctima, en lugar de recuperarse, básicamente se ha convertido en una versión horrible del mismo depredador, algo de lo que, desde ese momento, su único propósito es la venganza; la venganza es lo único que le importa porqué la misma persona, aunque haya conseguido desatar su vendetta contra la otra persona, se ha vuelto completamente adicta a las reacciones emocionales causadas por la sensación del desquite, convirtiéndolo en un ser verdaderamente peligroso.


Lo único que va a quedar entre ambas personas es un combate a muerte del que ninguno de los dos se detendrá hasta que uno de los quede totalmente destruido. Puede que esto último sepa muy radical, pero pueden observar en Internet sobre venganzas hacia narcisistas perversos o a psicópatas de cualquier tipo, venganzas que incluso muchas de estas víctimas, consumidas por el odio y el rencor, se arrepienten de hacer esta clase de venganzas, especialmente cuando esas venganzas han acabado dañando a los demás para que la víctima sufra el triple de lo que sufrió… o incluso más.



Conclusión


Realmente hay una venganza, una que se verá en otro artículo para no complicar mucho esto. Si se desea saber cuál de ella es, personalmente invito a que miren el siguiente episodio de Vengarse del Narcisista para que se sepa cuál es la verdadera respuesta a ello.



autismovivo.org


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